El Coruxo se sacó ayer un peso de encima. Siete jornadas sin lograr una victoria ante su afición era una losa demasiado pesada, sobre todo porque esa circunstancia propiciaba que el equipo estuviera situado en una delicada posición en la clasificación. Además, ayer visitaba O Vao un Boiro que estaba situado en puestos de promoción de descenso, y que de sacar algo positivo en su visita a los vigueses podía intercambiar posición con ellos.

Esta circunstancia se vio reflejada sobre el césped de O Vao. Los dos equipos querían buscar la portería contraria, pero al mismo tiempo los dos querían redoblar los esfuerzos en defensa para que el rival no marcara. Rafa Sáez volvió a sacarse de la manga otra de sus jugadas colocando a Mateo como hombre más adelantado. Sin embargo su plan se encontró de lleno con la lesión del jugador, que a los quince minutos debió abandonar el césped.

La mayor parte del partido se jugaba en el centro del campo. Los dos equipos querían el control de la parcela ancha, y eran los vigueses los que estaban un paso por delante. Los locales incidían por la banda izquierda de su ataque, que era por donde los coruñeses ofrecían más facilidades. De hecho, por ahí llegó la jugada del penalti, con un balón al área que dio en el brazo de Iago. El colegiado no dudó en señalar el punto fatídico ante las protestas de los jugadores del Boiro. Alberto García fue el encargado de transformar la pena máxima para los vigueses.

Curiosamente el gol no le hizo bien al equipo que entrena Rafa Sáez. Los jugadores entraron en una espiral de inquietud y nervios, que permitieron que los jugadores del Boiro dieran un paso al frente buscando el tanto de la igualada.

Lo mejor que le podía ocurrir al Coruxo era que llegara el tiempo de descanso, pues a pesar de no crear demasiado peligro la sensación era de que el gol podía llegar en cualquier jugada de las llamadas "tontas".

Tras el paso por el vestuario, Fredi movió el banquillo con la entrada de Romay en el campo. El técnico quería que el equipo tuviera más llegada cerca del área, porque todas sus jugadas de ataque se disipaban en el momento en que llegaban a la frontal del área.

La realidad es que se esperaba una salida en tromba del Boiro, pero no dieron esa sensación de peligro que se esperaba. El Coruxo controlaba bien el partido, pero no era capaz de marcar un nuevo tanto que sentenciara definitivamente el choque.

Las ocasiones del Boiro eran atropelladas, aunque Manu dispuso de la mejor nada más reiniciarse el encuentro, al disparar con potencia en el área pequeña, consiguiendo un defensa sacar el balón a córner. Posiblemente fue una jugada que marcó un punto de inflexión en el choque, pues a partir de ese momento el equipo vigués dio un paso al frente, y quince minutos más tarde sentenciaba el partido.

Fue una buena jugada de los vigueses, con un balón a la espalda de la defensa de Jorge, que le cayó a Pedro Vázquez, que solo ante Pato le metió el balón por arriba. El interior se cobraba la venganza de las ocasiones falladas la semana pasada ante el Izarra.

Ahí se acabó el partido. Quedaban poco más de diez minutos para la conclusión, y aunque el equipo entrenado por Fredi Álvarez dio un paso al frente, la defensa viguesa seguía bien colocada e impedía que los coruñeses llegaran con peligro. Al final, primera victoria de la temporada en O Vao.