No estuvo fino el Celta Zorka en su regreso a tierras catalanas. El equipo entrenado por Cristina Cantero visitaba a uno de los grandes candidatos a lograr el ascenso de categoría, y la verdad es que salió trasquilado con una derrota que invita a la reflexión.

Es posible que el alocado viaje, salieron de Vigo a las cuatro de la madrugada para tomar un vuelo en Oporto a las siete, les haya pasado factura tal y como fue el desarrollo del encuentro, pero cuando pierdes de casi cuarenta puntos hay pocas justificaciones.

Analizando las estadísticas del encuentro, hay dos factores claves en la abultada derrota. Por un lado el bajo porcentaje de acierto en los lanzamientos de dos puntos, un 32% para las viguesas y un 55% para las catalanas. Y por otro los 21 balones perdidos por el equipo vigués a lo largo del encuentro.

El Celta Zorka solamente existió durante los primeros diez minutos de juego. El encuentro fue equilibrado y las viguesas se mantenían en el mismo trabajando bien el rebote ante su poco acierto en los lanzamientos a canasta.

El equipo vigués mostraba una buena imagen y las sensaciones eran buenas a pesar de marchar por detrás en el marcador del pabellón municipal de Ricart.

Sin embargo todo cambió en los diez minutos siguientes. Fue como si el equipo vigués tuviera un muro delante de la canasta rival, lo que influyó en la mentalidad del equipo, que se vino abajo en esa presión que hicieron en los primeros diez minutos de juego en defensa.

Mireia Vila e Itziar Llobet encontraron la forma de hacer daño en la defensa viguesa, y al descanso el cuadro catalán ya había anotado cincuenta puntos. Una cifra excesivamente alta, que te obliga a jugar al mismo nivel, pero las célticas se habían quedado en los treinta y un puntos.

Todavía quedaban veinte minutos por delante, pero las sensaciones que dejó el segundo cuarto no invitaban al optimismo. Tras el paso por el vestuario, los dos equipos cometieron numerosos fallos, lo que provocó que el juego fuera aburrido y con un pobre acierto en los lanzamientos a canasta.

En los últimos diez minutos de juego, el equipo entrenado por Cristina Cantero volvió a desaparecer del campo. Los porcentajes en tiro volvieron a dar un nuevo giro hacia abajo, lo que aprovechó el cuadro catalán para ampliar todavía más la ventaja.

El equipo vigués deberá hacer borrón y cuenta nueva y comenzar a pensar en el partido del próximo sábado en Navia, en donde recibe al Universidad de Oviedo, rival que tampoco ha ganado un partido.