El BMC, defensor del título, el Etixx-Quick Step, el único conjunto que ha conseguido subir al podio en las cuatro ediciones que se han disputado de esta prueba, y el Movistar español, tercero el año pasado en Richmond, son los principales aspirantes al triunfo en la crono por equipos del mundial que se disputa en Doha a partir de hoy.

No fue hasta 2012 cuando la UCI decidió instaurar esta nueva modalidad en unos Campeonatos del Mundo en los que, al contrario de lo que ocurre en casi todas las carreras de la temporada (si se exceptúa los Juegos Olímpicos, los Juegos Continentales y los Campeonatos de cada continente) siempre se corre por naciones y con un maillot diferente al que los corredores defienden todo el año.

Es la quinta edición y los equipos reclaman que se les atienda y se les apoye con los gastos, o que se reparta un poco más el jugoso pastel que se lleva la UCI.

Pero en Doha se habla sobre todo del calor. Competir en situaciones extremas, exponiendo la integridad física en una prueba disputada en condiciones terribles. Sólo los petrodólares de Qatar explican por qué los corredores del Mundial de ruta pedalearán durante siete horas por el desierto, con temperaturas mínimas de 36 grados. Un desafío mayúsculo para ciclistas y para la medicina deportiva. Iñaki Íñigo, doctor de la selección española de ciclismo, alerta sobre los peligros de la participación de los campeonatos que arrancan mañana (crono por equipos) y finalizan el próximo 16 en Doha. "Me da miedo lo que pueda pasar con la deshidratación. Los europeos no estamos acostumbrados a las altas temperaturas de allí. Será durísimo", advierte el galeno antes de volar hacia la capital del emirato. La expedición española, encabezada por el seleccionador Javier Mínguez, aterrizó ayer en la sofocante Doha.