Representantes del holding chino que quiere adquirir el Celta desembarcaron en Vigo para realizar una visita fugaz a las instalaciones de A Madroa, la futura sede en Príncipe y mantener contactos con el club. Su aterrizaje coincide con las negociaciones en marcha para alcanzar un preacuerdo de compra sobre el que los equipos de abogados de ambas partes han trabajado intensamente en los últimos días.

Representantes del holding chino en A Madroa, esta mañana. // FdV

Sin embargo, este convenio, crucial para que la operación entre en su fase definitiva, sigue pendiente de cerrarse a la espera de aclaraciones sobre varias cláusulas. Los emisarios chinos, que llegaron la tarde del domingo y permanecieron en la ciudad hasta ayer, mantuvieron contactos con responsables del club vigués para perfeccionar su propuesta de compra, pero sin más avances.

De hecho la firma del preacuerdo tendrá ahora que esperar dado que el presidente Mouriño, que es quien finalmente tiene que tomar la decisión de aceptar, no lo ha hecho ni lo hará mientras no vea clara toda la operación, y esta misma mañana emprende viaje a México -aprovechando el parón liguero- de donde no regresará hasta el partido del Villarreal, el próximo 16 de octubre.

La delegación china que visitó ayer las instalaciones célticas estaba compuesta por ocho miembros, que estuvieron acompañados por Esteva Calzada, CEO de la firma Prime Time Sport, empresa de representación de jugadores y consultoría de servicios financieros y de márketing, y su socio Joan Roman Minguell.

De hecho Esteve Calzada es el intermediario que hizo llegar la propuesta de compra al Celta la pasada temporada. Ya lo había hecho un año antes, pero entonces el club no la tuvo en cuenta.

Las conversaciones que se derivaron de aquel ofrecimiento son las que ahora han llegado al punto en el que hoy se mantienen las negociaciones por el preacuerdo que, de cerrarse, aceleraría la fase final que culminaría con la decisión definitiva que habría de tomar el presidente del club, Carlos Mouriño.

La llegada a los campos de entrenamiento del club vigués en A Madroa de la delegación china, coincidiendo con el entrenamiento del equipo, hizo saltar todas las alarmas ante la expectación generada por la venta del club. Ante el revuelo, los representantes asiáticos abandonaron A Madroa con rapidez.

El recorrido para conocer "in situ" el patrimonio céltico se completó con otra visita express a la futura sede del Celta en la calle del Príncipe, antigua ubicación del Círculo Mercantil.

Mientras, desde el club el mutismo ha sido absoluto y no se romperá hasta que llegue a producirse el preacuerdo. Carlos Mouriño sí informó este fin de semana a sus consejeros sobre el estado de las negociaciones en curso.

Ese encuentro del máximo accionista con el resto de sus compañeros de Consejo se realizó bajo un formato en el que Mouriño trató de aclarar todas las dudas que desde dentro habían surgido al respecto. Así, uno de los aspectos que el presidente céltico trasladó a sus consejeros fue que el preacuerdo podría ser inminente, aunque posteriormente se haya "congelado".

Desde la presidencia también se aclaró en este encuentro que "no hay un plan para la compra del 90% del accionariado", y fue el propio Mouriño el que indicó que la operación se refería única y exclusivamente al 52% que él posee. La operación de compra de ese paquete alcanzaría los 100 millones de euros.

La situación laboral de los empleados del Celta fue otra de las particularidades de la operación en curso que preocupó a los consejeros. En este sentido, Carlos Mouriño les trasladó que el puesto de trabajo de todos ellos estaba "garantizado" en la operación en curso.