Las imágenes abren mil informativos deportivos que jamás le hubieran prestado atención al triatlón. La escena posee una extraordinaria fuerza. Alistair Brownlee tira de su hermano Jonathan, que está a punto de desvanecerse. Un golpe de calor lo ha dejado baldado a 300 metros de proclamarse campeón de las Series Mundiales. Al llegar a la meta el mayor empuja al pequeño para que atraviese esa frontera antes que él. Jonathan cae derrumbado, al borde de la inconsciencia. Esfuerzo heroico y baldío. El sudafricano Schoeman los ha adelantado. Su victoria en Cozumel otorga el título a Mario Mola, que queda quinto. Fernando Alarza, el talaverano afincado en Pontevedra, completa el podio planetario.

El retrato de la gesta apenas le alivia la amargura a Jonathan Brownlee, que sólo pudo ser campeón en 2012. Alistair lo fue en 2011. Escaso botín. El primogénito resulta imbatible a una carrera. Lo demuestran sus dos oros olímpicos en Londres y Río. Las Series Mundiales se le atragantan por su mayor fragilidad e inconsistencia. Ese debía ser el reino de Jonathan, que en los Juegos ha aceptado su condición secundaria (bronce y plata). Pero los de Leeds han sucumbido a la dictadura de Javi Gómez Noya, con sus cinco campeonatos; el de 2013, ganado en un sprint memorable precisamente a Jonathan en Londres.

Con el gallego fuera de escena a causa de su lesión, Jonathan creyó que había llegado su momento. En las últimas citas le había ido devorando el terreno a Mario Mola, cuya ventaja quedó reducida al mínimo en la gran final de Cozumel, novena prueba y doble en puntuación. Si Jonathan ganaba, el balear debía ser al menos tercero; si quedaba segundo, le bastaba con ser quinto.

La gesta de los Brownlee no palidece en hermosura por su futilidad. Pero es más celebrada por los ajenos al mundillo. La pareja inglesa despierta antipatía en muchos de sus competidores. Existe otra imagen que ha pasado más desapercibida e ilustra cómo, mientras los ingleses generaban rencores, los españoles han ido tejiendo alianzas. El sudafricano Murray se detiene justo antes de acabar y espera a Mola; le festeja el título inminente como un hincha más, jaleando sus últimas zancadas, anticipándosele sólo un paso en la meta.

El periodista vigués Jesús López revela un suceso que explica esa animadversión hacia los Brownlee. "Mario Mola tuvo que hacer la mayor parte de la natación sin gorro ni gafas. El hermano de su rival se los quitó 'accidentalmente'", explica López. Entrecomilla lo accidental porque de Alistair se sospecha lo intencionado. En el Europeo de 2011, en Pontevedra, un triatleta de la selección inglesa, Harry Wiltshire, fue descalificado. Había intentado facilitar la victoria de los Brownlee, sus líderes, emprendiéndola a golpes con Gómez Noya en aguas del Lérez.

El gallego se muestra diplomático como suele, pero sin excesivo entusiasmo por la épica de sus grandes adversarios. "La situación que se dio se puede considerar casi como esperpéntica y muy extraña. Me quedé muy sorprendido mientras veía la carrera", indica. "No es la primera vez que le pasa algo parecido. Corren al límite, hasta que caen y pueden pasar esas cosas. La prueba de Cozumel es muy dura y exigente. Debieron controlarlo".

Lo cierto es que incluso Alistair considera a Jonathan culpable de su desvanecimiento. Ayer se convirtió en su báculo, pero suele fustigarlo. En 2013 le criticó su torpeza táctica en el pulso definitivo con Noya. Ayer declaró: "Lo que me gustaría es que el muy idiota hubiera regulado bien".

Javi Gómez Noya muestra cierta misericordia cuando apunta: "Es algo que nunca había visto a falta de 300 metros. Debe ser muy duro para él perder un Mundial de esa manera". Pero tampoco oculta sus preferencias: "Estoy encantado que Mario Mola ganara el Mundial. Se lo merecía. Se ha impuesto en cuatro pruebas y eso tiene un gran valor. Ha sido el más regular, sin duda".

"En esa misma situación yo habría hecho lo mismo por mi hermano o un compañero a sabiendas incluso de que me hubieran descalificado. Que los descalificaran o no es decisión de los jueces y hay que respetarla, pero yo pienso que cualquiera hubiera hecho lo mismo", declaró el nuevo campeón en el programa SER Deportivos Baleares de Radio Mallorca. "Todos somos grandes competidores y queremos que todos estemos bien al cruzar la línea de meta. No es la manera como me hubiese gustado. Pero esto es una carrera, esto es triatlón y estoy contento con mi título mundial".