Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

juegos paralímpicos de río

Agustín Alejos: "Sin Pablo Beiro yo no hubiese llegado a Río ni a ninguna parte"

El vigués, que renunció a jugar con Australia en Tokio 2020, negocia su vuelta al Amfiv

Agustín Alejos, en la villa olímpica de Río de Janeiro

- ¿Cuáles son sus sensaciones a pocos días de su debut en unos Juegos Paralímpicos?

- Hemos estados en aquí en Río en la zona de Niteroi, en una especie de centro de alto rendimiento, entrenando y jugando partidos contra Brasil. Las sensaciones son muy buenas. El grupo se va conjuntando y jugando mejor. El pasado miércoles entramos finalmente en la villa y estamos conociendo un poco esto, con ganas de que empiece ya todo.

- Hubo quejas durante los Juegos Olímpicos sobre cuestiones materiales en Río y también dudas sobre la financiación de los Paralímpicos. ¿Se han encontrado lo que esperaban?

- Al ser mis primeras Paralimpiadas yo lo encuentro todo muy bien. Gente que ya estuvo en la de Londres dice que esto es más pequeño, que el comedor es peor o que no hay tantos servicios. Antes de venir nos comentaron que algunas habitaciones podían tener algunos defectos, pero tampoco cosas graves. Yo lo veo todo increíble.

- Debutan con Canadá. Japón, Australia, Turquía y Holanda completan su grupo. España fue quinta en Londres 2012, bronce en el Europeo de 2013, quinta en el Mundial de 2014... ¿El podio es posible?

- El objetivo nuestro es ir partido a partido. Los más asequibles de nuestro grupo serán Canadá, que nota la retirada de sus dos mejores jugadores, Holanda y Japón. Ya después nos la jugaremos con Australia y Turquía, los más fuertes. Si conseguimos ganar uno de estos dos partidos tendremos un cruce teóricamente más sencillo en cuartos. Pero cualquiera te puede dar un susto. Ninguno es manco. Yo creo que este año estará muy igualada la pelea por el podio: Australia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Turquía? Y nosotros intentaremos meternos ahí.

- Bronce masculino y plata femenina en el baloncesto a pie. ¿Notan cierta presión por la responsabilidad de completar un verano olímpico formidable?

- No hay presión, sino ganas de que empiece ya y hacerlo lo mejor posible. Conocemos el equipo que tenemos, nuestras cualidades, y debemos jugar con ellas. Podemos ganar a cualquiera pero también perder con cualquiera. Necesitamos estar centrados al cien por cien.

- Imagino que el duelo contra Australia le resultará especial. Usted ha vivido y jugado allí durante los últimos años. Y hubiera podido ser paralímpico con esa selección en los Juegos de Tokio si hubiera renunciado a jugar con España los actuales.

- Antes de volver a jugar a España se dio esa posibilidad. Si me hubiera quedado un poco más de tiempo a lo mejor en Tokio podría haber jugado con Australia. Pero surgió la oportunidad de volver a España y prefiero jugar con España, para ser claros. Pero sí será un partido especial, muy bonito. Hay cinco compañeros de mi equipo de Australia -el Queensland Spinning Bullets- jugando en la selección.

- Usted quiso pelear por un puesto en la selección, de ahí que fichase por el Gran Canaria en el tramo final de la pasada temporada. Y la presencia en Río justifica esa apuesta.

- Mi mujer y yo decidimos venir a España para luchar por esta posibilidad. Se ha logrado y ahí está. Pero ha costado lo suyo.

- Su pareja, Shelley Cronau, es internacional con la selección femenina australiana. Ella se ha quedado sin Juegos Paralímpicos.

- La idea principal por la que me fui a Australia al principio era apoyarla a ella. Shelley está asentada en su selección, que había sido plata en Londres. Pero por equis o por zeta la selección australiana no ha conseguido la plaza. Fue a partir de ahí cuando hablamos de volver a España para ver si podía conseguirlo yo. De ahí salió todo.

- ¿Cómo ha encajado ella no haber podido completar un sueño compartido?

- Cuando hablo con ella no quiero comentarle mucho de cómo son las cosas aquí para que no le entre mucha envidia. Al final vendrá de vacaciones con su padre a Brasil, a vernos jugar. En cierta manera también vivirá la experiencia de los Juegos.

- En la selección no hay jugadores con contrato en vigor con el Amfiv. Pero sí Mouriz y usted, que son como de la casa.

- Yo siempre he dicho que aunque pueda jugar en otro equipo seré del Amfiv. Cuando miras hacia atrás? Sin el fallecido Pablo Beiro yo no hubiese llegado aquí ni a ninguna parte, ni selección, ni Paralimpiadas ni irme a vivir a Australia y conocer a mi mujer. Es algo que le agradezco a él, a su familia y al club.

- En el Amfiv siempre hablan de usted como "el niño de Pablo". Su casa familiar está cerca del quiosco de Beiro en Canido.

- Yo vivo como a cincuenta metros del quiosco. Pablo estuvo en clase con mi madre y siempre le decía que me llevase a jugar al basket (Agustín nació sin el gemelo de la pierna izquierda). Pero mi madre, por miedo de verme en silla de ruedas, no quería. Al final la convenció. Empecé con natación y antes de las escuelas de natación eran las de basket. Como había que esperar lo vi, me gustó y le dije a mi madre: "Quiero hacer esto". Y al año siguiente ya estaba en el primer equipo.

- La muerte de Pablo Beiro el 28 de febrero de 2015 le coge a usted en Australia.

- Me fastidió no haber podido estar aquí. Una pena.

- El sobrino de Pablo, José Antonio, ha cogido el mando. Y el hecho es que el Amfiv quiere repescarlo esta temporada.

- Una vez que Txema Avendaño dijo que no seguía (el pívot ha fichado por el Bilbao) se pusieron en contacto conmigo y con mi mujer. Estamos en conversaciones. No hay nada cerrado. Quiero estar centrado en la Paralimpiada. Estamos hablando con un par de equipos y pronto decidiré. A ver qué pasa. Pero ganas de volver a casa siempre hay.

- El bloque de la casa ya ha renovado y también se cuenta con que siga Zavala. La directiva tiene la ilusión de montar un conjunto muy competitivo si usted vuelve. Y jugaría en el pabellón Pablo Beiro.

- Este verano, cuando volví a casa tras acabar la temporada en Las Palmas, me ofrecieron entrenar en el pabellón con el equipo, que todavía seguía trabajando. Nada más llegar me saqué una foto con la placa (dedicada a Beiro, en la entrada de la instalación). Es especial.

Compartir el artículo

stats