Es uno de los grandes dilemas de esta pretemporada. Es difícil ponerle una meta a este Celta, un equipo que afronta su regreso al fútbol europeo con la sensible baja de Nolito, su futbolista franquicia durante los últimos años, y para el que todavía no ha encontrado quién ocupe ese rol dentro del equipo. Lo cierto es que el cuadro celeste no ha parado de crecer en los últimos siete años. Desde esquivar el drama de la Segunda B a la anhelada clasificación europea de hace apenas unos meses. Sólo el Sassuolo, rival en esta pretemporada, lleva un crecimiento similar en el Viejo Continente. ¿Ha tocado techo el conjunto vigués o dará el salto definitivo hacia la Champions o, mejor aún, la consecución de un título?

Los pupilos de Berizzo han puesto muy alto el listón. La pasada campaña fue brillante. Entre el notable y el sobresaliente. En Liga, el torneo de la regularidad, finalizaron quintos por delante de clubes con más potencial económico como Sevilla, Valencia o Athletic de Bilbao. El éxito del Celta del curso pasado no se redujo a la competición doméstica. En Copa del Rey la participación también fue un éxito. Eliminó al Atlético de Madrid y se quedó a las puertas de disputar la final tras caer ante el Sevilla. Repetir los números y el fútbol realizado durante el último curso supondría la confirmación de una plantilla que afronta su "vuelta al cole" particular con la ausencia de Nolito.

Los jugadores célticos afrontan con ambición esos objetivos. La meta real de este Celta que todavía está en construcción (falta la llegada del "diez") sería quedar en el "top ten" en Primera División. El equipo vigués afronta el gran desafío de mantenerse en esa cumbre que le permitirá dentro de unas semanas disputar la Europa League (antigua UEFA) diez años después. Aspas apostaba esta semana por "mejorar" los números tanto a nivel individual como colectivo, aunque el moañés prefería ir por partes. Primero tocaría sellar el horizonte determinante, el imprescindible, los 40 puntos que garantizan la permanencia. Una vez salvados, tocará soñar. Tal y como ha ocurrido en estas últimas campañas.

La gran noticia de la versión 3.0 de Eduardo Berizzo es que se mantiene la columna vertebral de la pasada temporada. Se fue Nolito sí, pero el preparador argentino contará este curso con una plantilla con más efectivos y con futbolistas jóvenes, ambiciosos, que están dispuestos a demostrar su calidad y talento tanto en la Liga como en el Viejo Continente. Naranjo y Pione Sisto, dos de los recién incorporados este verano, acompañan a Théo Bongonda en este apartado. Ellos son, hasta la llegada del "diez", los encargados de hacer olvidar los registros del atacante sanluqueño. También será vital la aportación de Iago Aspas y John Guidetti y, cómo no podía ser de otra forma, de un Fabián Orellana que cuajó una actuación sensacional el año pasado.

El cuadro celeste tiene potencial para competir por uno de los billetes que dan acceso a la Europa League. Esa parece la meta más real. En esa pelea entre la clase media del fútbol español estarán potencias como el Valencia, el Betis, el Espanyol, la Real Sociedad o el Athletic de Bilbao. Un escalón por encima parece que estarán el Sevilla de Sampaoli y un Villarreal que podría quedar ´tocado´ si no logra el billete para la Champions League. Ya en la cima están las tres grandes potencias. FC Barcelona, Real Madrid y Atlético pujarán otra campaña más por levantar el título de Liga.

Ganar un título es el otro gran sueño del Celta. La Copa del Rey es la competición que encaja más con las aspiraciones del equipo vigués. Berizzo ya priorizó la campaña pasada el torneo del KO. La empresa es complicada. Los grandes del fútbol español ya no ven la Copa como un torneo secundario. No obstante, el cuadro celeste logró eliminar al Atlético de Madrid y sólo un mal partido en el Sánchez Pizjuán le privó de tener opciones de disfrutar la gran final ante el FC Barcelona de Luis Enrique.

La Europa League será también el otro gran desafío del Celta de Berizzo. En los próximos días se conocerán los tres equipos que acompañan a los vigueses en la fase de grupos de la segunda competición continental. No será sencillo. El cuadro celeste debe demostrar que no le afectará disputar dos partidos por semana ni los viajes largos que habitualmente acompañan a las primeras fases de este torneo que en las últimas tres ediciones ha conquistado el Sevilla y que tiene en su palmarés Iago Aspas.