Los nostálgicos ven en Nolito a una nueva especie de David Villa. Y no están desencaminados. Misma demarcación y características parecidas a lo que aportaba el asturiano a aquella Roja que conquistó dos veces Europa y una la Copa del Mundo. El sanluqueño apunta a titular en la cita continental. Volvió a disputar los 90 minutos del último test previo a la competición que arrancará en Francia este mismo viernes.

El amistoso ante Georgia no debió suponer ningún problema para España, pero esto es fútbol. Es decir, el éxito jamás está garantizado. La Roja de Del Bosque acabó viviendo un episodio que aquellos que comparan a Nolito con Villa equipararían a la derrota sufrida ante Suiza en el Mundial de Sudáfrica. El combinado nacional llevó el peso del partido, dominó, creó ocasiones, pero la falta de definición en los metros finales empaña una gran trayectoria en estos días de preparación, un tropiezo inesperado que permitirá no disparar la euforia de los optimistas y confirmar las dudas de los más cenizos.

Nolito, por su parte, volvió a demostrar que merece un sitio en la pizarra de Vicente del Bosque. El sanluqueño fue de menos a más. Pasó de una primera parte en el que el ataque se volcó sobre la banda del debutante Lucas Vázquez a un segundo período en el que su rendimiento aumentó gracias a la entrada en el terreno de juego de Iniesta y David Silva, posiblemente dos de las principales bazas para que España conquiste París el próximo 10 de julio.

El atacante del Celta fue una de las principales amenazas de la zaga de Georgia, pero Nolito, en esta ocasión, no tuvo el mismo acierto rematador que ante Bosnia y Corea del Sur. El sanluqueño dispuso de hasta tres acciones claras para firmar una igualada que no acabaría llegando pese a la insistencia y al dominio de una España renovada que aterrizará en Francia con el amargo sabor de caer ante la humilde Georgia. No obstante, resultado adverso que no debe crear dudas, sino obligar a mejorar y a revisar los errores de un equipo que tiene motivos suficientes para pensar que puede hacer historia en el país vecino.