"Tenía que elegir entre la comodidad y el desafío", dijo Augusto Fernández el día de su despedida como jugador del Celta en la última semana de diciembre. El por entonces capitán celeste hacía las maletas, decía adiós a Vigo, ciudad que le acogió durante tres años y medio, y se embarcó en la nave del 'Cholo' Simeone en busca de nuevos retos en la capital.

Después de unos inicios poco prometedores en el Atlético de Madrid por culpa de la eliminación en los cuartos de final de la Copa del Rey a manos de sus excompañeros y una inoportuna lesión, el futbolista argentino fue haciéndose indispensable para los planes de su entrenador. Augusto se hizo un fijo como pivote por detrás de Gabi y Koke. No tardó en demostrar como rojiblanco lo mismo por lo que había brillado como celeste. El 'Cholo' había ganado un especialista defensivo que además le funcionaba como primera piedra de toque en la salida de balón. El papel del argentino no solo fue fundamental en los partidos de Liga, también fue un pilar básico en la Champions. Augusto fue clave para que el Atlético de Madrid superase las eliminatorias ante el Barcelona y ante el Bayern de Múnich.

Seis meses después de su despedida, Augusto ha obtenido el premio que anhelaba. El exjugador del Celta, que ha sido convocado con la selección argentina para la Copa América Centenario, será uno de los once jugadores de partida que defenderán los colores del Atleti ante el Real Madrid.