El círculo se ha cerrado. Este 18 de mayo Carlos Mouriño celebra una década como presidente del Celta. La curiosidad la brinda ese guiño del destino. El máximo mandatario del club vigués cogió a un equipo que se había ganado la clasificación a la UEFA. Hoy, diez años después, el conjunto vigués disputará la Europa League -antigua UEFA-. No obstante, el apartado económico o el proyecto de cantera son las dos grandes diferentes y, a la vez, dos de las grandes bazas de Carlos Mouriño.

VÍDEO | A la izquierda, Mouriño en su primer día como presidente. A la derecha, Mouriño el día de la celebración europea // R. GROBAS

La historia arrancó hace justo diez años. Carlos Mouriño cogía las riendas del club. Su llegada a Praza de España arrancaba con un proyecto deportivo en el que el equipo vigués regresaba a la UEFA después de sufrir el accidentado descenso a Segunda. El nuevo presidente céltico disfrutaba de los partidos ante el Palermo italiano y el Werder Bremen alemán.

Pese a ese inicio ilusionante, los comienzos de Mouriño al frente del club no serían fáciles. El Celta acabaría regresando a Segunda División. La reestructuración en la parcela deportiva no surtió efecto y el cuadro celeste acabaría estando cinco campañas en la categoría de plata. La situación económica de la entidad viguesa, que obligó a declarar el concurso de acreedores, llegó a poner contra las cuerdas la supervivencia del club.

Carlos Mouriño supo enderezar el rumbo. El Celta tocaba fondo ante el Alavés, pero se aseguraba la salvación en Segunda gracias a los goles del joven Iago Aspas. El presidente céltico ya había visto dónde está la clave del resurgir: A Madroa. La cantera sería la piedra angular de su proyecto. La venta de algunos canteranos fue clave para ir saneando la economía y la apuesta por los "valores" de A Madroa permitió lograr el anhelado ascenso en 2012.

Esos dos goles de Aspas frente al Alavés marcan el inicio, un punto de inflexión en el éxito de Carlos Mouriño en la presidencia del Celta. El club vigués ha logrado asentarse entre los diez mejores del fútbol español y este año ha refrendado su estilo de juego preciosista logrando un billete para la Europa League. La afición, que despertó el año en el que se rozó el ascenso frente al Granada, agradeció la labor del presidente con un tifo espectacular.

Por otro lado, más allá del apartado deportivo y el económico, Mouriño ha renovado las instalaciones de Balaídos y, con el apoyo de las instituciones, ha logrado reformar un estadio que quiere consolidarse como una de las plazas más importantes del Viejo Continente. El nuevo Balaídos y la sede en Príncipe, en pleno corazón de Vigo, son los otros proyectos ilusionantes de un Celta que busca vivir una nueva etapa dorada.