La ilusión y la sonrisa forman parte desde hace cuatro años del día a día del celtismo. Desde aquella noche dramática en Granada, el celtismo despertó con fuerza. Su calor ha sido incondicional desde entonces. Lo comentaba Eduardo Berizzo el día de su presentaciónEduardo Berizzo. La afición se ha renovado. Los más jóvenes optaron por no coger el camino fácil. Decidieron no deshojar la margarita. Ni Real Madrid ni Barcelona. Lo bonito era apostar por el fútbol de salón y de cantera de un equipo que, año tras año, no ha parado de crecer.

La afición paladea desde el pasado domingo el nuevo desafío conseguido. El Celta no conoce límites. Equipo y afición disfrutarán de la clasificación europea, un billete que se ha sellado con cuatro jornadas de antelación. Un éxito. Ese aliento incondicional, representado en tantas lágrimas y en tantas sonrisas, ha hecho del celtismo una de las mejores aficiones de España, una hinchada que traspasa las fronteras de Vigo, de su área y de España. El celtismo se ha convertido en universal.

Desde FARO queremos que publiques en Instagram o Twitter tu foto celebrando esta clasificación histórica para Europa con el hashtag #HayUnCeltistaEnMi. Sin embargo, la ambición del equipo de Berizzo y del celtismo tampoco tiene límites. Posiblemente esa sea la clave del crecimiento constante de este Celta. El conjunto vigués abre, tras sellar ayer este billete hacia la Liga Europa, un nuevo desafío. En el horizonte está la quinta plaza, una posición que permitiría acceder de forma directa a la Europa League y no alterar una pretemporada en la que tienen protagonismo Eurocopa, Copa América y Juegos Olímpicos.

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