El pasado 14 de marzo se cumplieron nueve años desde el último partido del Celta en Europa. Fue en el Weserstadion, en la ronda de octavos de final de la Copa de la UEFA contra el Werder Bremen. Nueve años en los que al celtismo le ha dado tiempo a descender a los infiernos, quedarse al borde de la desaparición y renacer de sus propias cenizas como un fénix. Ha sido una travesía llena de pasos cortos pero certeros, en la que el Celta consiguió salir del pozo de la Segunda División, sobrevivir en Primera y finalmente convertirse en el equipo revelación.

Nueve años después la afición quiere volver a ver al Eurocelta. Quiere recuperar noches como la del Villa Park, la de Anfield o la de San Siro o volver a ver claudicar en Balaídos a todopoderosos como el Benfica o la Juventus. Y el Celta ya roza con la punta de los dedos el regreso a Europa. Para confirmar la clasificación matemática solo necesita sumar dos puntos en los próximos cuatro partidos. Aunque el premio más suculento está en evitar la previa de la Liga Europa al alcanzar la quinta plaza que el cuadro celeste peleará hasta el final de temporada codo con codo contra el Athletic y el Sevilla.

Una vez más, la afición se ha querido movilizar para hacerle sentir su apoyo al equipo. Este sábado, coincidiendo con el entrenamiento a puerta abierta del Celta en A Madroa a las 10.30 horas, las peñas han organizado una quedada para animar a los jugadores de cara a la recta final y al partido del próximo lunes en Balaídos contra el Granada.

También desde el propio club piden a la afición que no falle ahora que llega la recta final. "Eu creo no Celta" es el lema de su último vídeo que pretende motivar al celtismo para que empuje al equipo ahora que está a punto de volver a ser el Eurocelta. "Llegó la hora de hacer realidad nuestro sueño, de recordar y reeditar la ilusión, la esperanza y la unión que llevaron al equipo a Primera y lo mantuvieron ahí", dice el club en un comunicado.