Punto importantísimo del Academia Octavio ante uno de los pesos pesados de la categoría. Con este empate cosechado en Artaleku, el cuadro vigués, que llegaba como colista, sigue soñando con la permanencia, que ahora marca el Nava a dos puntos tras la victoria del Amenabar sobre el Zamora.

En un choque muy igualado en el que los rojillos casi siempre fueron por delante en el marcador, ambos equipos protagonizaron un final de infarto. Con 25-25 en el luminoso y con poco más de un minuto por disputarse, aparecieron los nervios y los gallegos tuvieron un contragolpe para adelantarse en el marcador. Sin embargo, fallaron y, tras el tiempo muerto pedido por Fernando Bolea, Davidovic puso el 26-25 y parecía darle la victoria a los locales. Ya a falta de quince segundos Óscar Silva hizo justicia y repartió los puntos en Artaleku. El Bidasoa Irún tuvo el último ataque, pero los visitantes resistieron y lograron un merecidísimo empate ante un rival que pierde comba en la parte alta de la tabla. Los de Fernando Bolea, que venían de ganar la Euskal Copa, querían recuperar la senda del triunfo tras caer ante el filial del Barça en la pasada jornada. El Valladolid se aleja definitivamente en el liderato.

Ya en los primeros compases pudo verse a un Academia Octavio muy serio en la pista. Los pupilos de Jabato salieron enchufados y sorprendieron al segundo clasificado. Mostrándose muy efectivos tanto en ataque como en defensa, los visitantes casi siempre fueron por delante. Además, ataron muy en corto a los jugadores más peligrosos del Bidasoa y tampoco facilitaron goles fáciles en los contragolpes.

Los nervios atenazaban al conjunto local. No fue hasta el minuto 25 cuando los irundarras se pusieron por delante en el marcador (12-11). Sin embargo, la defensa no le funcionaba a los locales, mientras que los de Jabato lo bordaron en tareas ofensivas. En ataques largos, los visitantes decidían y golpeaban muy cerca del pasivo.

Ya en la reanudación, el guion del encuentro no cambió y el colista no acusó la presión de plantarle cara al Bidasoa. Ninguno de los dos equipos supo coger una cómoda renta para llegar tranquilos a los instantes finales.

Con 25-25 se llegó a los dos últimos minutos de partido y fue entonces cuando aparecieron los nervios. Tras una pérdida del Bidasoa, el Academia Octavio no supo materializar un contragolpe. El tiempo muerto de Bolea surtió efecto y Davidovic puso la locura en Artaleku con el 26-25. Sin embargo, Óscar Silva, a falta de quince segundos, marcó el definitivo 26-26 y le dio un trabajado, sufrido y más que merecido punto a su equipo.