En una noche accidentada y poco afortunada con el gol, el Celta sufrió para rebañar un empate que complica la defensa de la quinta plaza a la espera de que hoy entren en escena el Sevilla y el Athletic. Se topó el conjunto de Berizzo con un combativo Betis, que buscaba apuntalar en Balaídos la salvación y aprovechó un error desgraciado. Los célticos, que sufrieron las lesiones de Wass y Radoja, tuvieron muchos problemas a la contra.
La variante antillana
No hubo grandes cambios con respecto al partido de Gijón. La novedad de Berizzo, que repitió "traje" (4-2-3-1 con Orellana de enganche y Wass y Radoja en eje de la línea medular) fue Claudio Beauvue, que ocupó el costado derecho en lugar de Aspas, a quien el técnico céltico reservó ayer el papel de revulsivo. Los problemas de tobillo del atacante moañés, que llegaba algo tocado al choque, y la proximidad de los encuentros ante el Espanyol y el Granada propiciaron seguramente la decisión de Berizzo que, con tres partidos en nueve días, se propone rotar en algunos puestos clave. Parecía un buen regalo de cumpleaños, en todo caso, para el atacante antillano, que ayer festejaba su vigésimo octava primavera y acabó retirándose del campo con una lesión con bastante mala pinta. Otra sorpresa, aunque relativa, fue la presencia de Rubén Blanco bajo el travesaño por segunda jornada consecutiva y primera vez en Liga en Balaídos.
planas, cara y cruz
Da la impresión de que el Celta es incapaz de marcar esta temporada un gol feo. Guidetti logró en el Calderón el mejor del curso, según una encuesta de este diario, y estuvo a punto de firmar ayer otra delicia con un imponente remate de tacón a pase de Planas que se estrelló en el poste y sacó luego Adán a córner. En la acción de Superguidetti tuvo mucho que ver la ambición del lateral zurdo catalán, que explotó con fruición su banda y llevó mucho peligro a los dominios de Adán. Infelizmente, el mejor atacante celeste propició con un error de mala fortuna el gol del Betis, que aprovechó un balón rechazado en Planas para adelantarse en el marcador. La acción se inició con un gran pase interior de Dani Ceballos a Montoya que el exazulgrana, tras rechazar en el lateral céltico, sirvió a N'Diaye en boca de gol. El tanto descentró al Celta, que pudo recibir el segundo en una formidable acción personal de Joaquín, que estrelló el balón en la cepa del poste tras recortar a una colección de defensas.
Plaga de lesiones
Por si el Betis no diese suficientes problema por sí mismo, el Celta tuvo que lidiar con una infausta plaga de lesiones que le obligó a sustituir a dos jugadores antes del descanso. La peor parte se la llevó Beauvue, que cayó fulminado de repente al parecer con una lesión en el tendón de Aquiles que podría tener graves consecuencias.
Tampoco pudo seguir Wass, renqueante casi desde el primer minutos de juego por un problema en el tobillo que obligó a Berizzo a sustituirlo por Marcelo Díaz al mismo tiempo que a Beauvue.
Semejantes contratiempos no impidieron al Celta merecer al menos el empate antes del intervalo. Nolito, tras un buen centro de Beauvue, lo intentó con cabezazo que rechazó Adán y Orellana, con todo a favor, envió a las nubes. Guidetti, ayer tal vez algo pasado de revoluciones, probó fortuna con una par de disparos sin demasiado veneno que el portero del Betis, uno de los mejores de su equipo ayer, atajó con seguridad.
rubén salva los muebles
La ansiedad por empatar pudo haber costado un alto precio al Celta, que se volcó en busca del empate dejando una autopista a sus espaldas. Rubén Castro, tras un córner a favor de los de Berizzo, dilapidó un mano a mano frente a Rubén, que estorbó lo suficiente para que el goleador canario tirase la pelota fuera. No mucho después, en otra contra, Rubén despejó con una solvente intervención el remate del artillero bético. Y el de Mos evitó más tarde un gol olímpico de Joaquín. Pero el Celta lo siguió intentando. Empujó al Betis hacia su portería, rondó a Adán y cortejó el empate con un disparo excesivamente cruzado de Orellana que lamió el palo y una volea de Aspas tras un saque de esquina que Adán, bien colocado, logró despejar sin gran dificultad.
tucu, el último cartucho
Berizzo y Merino quemaron sus últimos cartuchos en el último cuarto de hora del choque. El bético quiso apuntalar el empate con la entrada de Xavi Torres -antes había entrado Cejudo- y el céltico jugó la baza del Tucu Hernández, que besó el santo nada más entrar en el campo y convirtió con un imponente remate un buen pase interior a diez minutos del final. Una y otra vez el Celta lo siguió intentando hasta el último aliento pero acabó pinchando en hueso.
