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El Celta vuela al ritmo de Nolito y Orellana

La maestría del chileno en la dirección del juego y la inspiración goleadora del gaditano afianzan a los celestes en la quinta plaza

Cuéllar atrapa el balón ante el acoso del céltico Claudio Beauvue, que trata de rematar con un espectacular salto en un lance del partido jugado ayer en El Molinón. // LOF

Al compás del mejor Orellana, fortalecido por la inspiración goleadora de Nolito, acelera a fondo el Celta hacia Europa con un esforzado pero contundente triunfo en El Molinón. El conjunto de Berizzo salvó con autoridad, apego al estilo y buen juego una intrincada salida frente a un rival beligerante, que opuso resistencia hasta su último aliento, y se embolsó tres puntos vitales que, una jornada más, le mantienen primero en una ajustada carrera con el Athletic y el Sevilla por la quinta plaza.

No le resultó sencillo al Celta colocar una pica en terreno gijonés. Tuvo en cambio que recurrir a sus mejores armas y a una voluntad de hierro para traducir en el marcador su dominio en el juego. Costó apuntalar el triunfo, que llegó en una única y fulgurante acción pasada la hora de juego cuando las cosas amenazaban con complicarse.

tres cambios en el once

Otra vez sorprendió Berizzo con un once inesperado. Si en el clásico gallego la novedad fue Bongonda, el técnico cambió ayer la portería, que después de tres partidos volvió a manos de Rubén, modificó la defensa con la entrada de Planas por Hugo Mallo y volvió a dar la alternativa en punta a Guidetti en perjuicio del belga, desplazando a Iago Aspas al costado derecho.

A pesar del buen estado físico del Tucu Hernández y su irregular rendimiento frente al Deportivo, el preparador céltico apostó por repetir con Radoja y Wass en la sala de máquinas y ambos, pero especialmente el serbio, que ofreció uno de sus mejores partidos este curso, contribuyeron de modo decisivo al cómodo gobierno del partido que el Celta ejerció en el medio campo.

Planas funcionó en defensa y participó en ataque; Jonny, arrimado ayer a su costado natural, el derecho, cumplió con rigor la tarea de frenar a su peligroso homónimo rojiblanco y Rubén consiguió, pese a alguna indecisión, mantener incólume la portería céltica contra un adversario persistente.

Con Aspas bastante desconectado del juego y Guidetti batiéndose en todos los frentes, fueron Orellana y Nolito los que marcaron el ritmo del choque, que se jugó a la velocidad que decidió el Celta. Y entre ambos decidieron el resultado: el chileno con un antológico recital en el juego entrelíneas para propiciar opciones de gol; el sanluqueño recortando defensas en el área de Cuéllar hasta encontrar una opción ganadora.

dominio claro

Aunque el Sporting, al que le iba media vida en el envite, se fajó en todos los frentes e intentó percutir a balón parado, fue el Celta el partido marcó el compás: acaparó la pelota, dominó claramente con Orellana el juego entrelíneas y se plantó con bastante facilidad ante Cuéllar con opciones de hacer mucho daño. Faltó apenas algo más de precisión en el último pase y acierto en el remate para que su evidente dominio del partido se viese reflejado en el marcador.

Desde el principio las ocasiones de gol cayeron del lado celeste: Nolito y Aspas no se entendieron en una buena acción que despejó la defensa; un disparo que el sanluqueño trató de ajustar lamió el palo tras una perfecta dejada de Guidetti; Orellana asistió a Aspas con un pase que el moañés envió manso a las manos de Cuéllar antes de dilapidar otra acción con la zurda ante el portero sportinguista descanso; y el propio Nolito estrelló contra la defensa un excelente servicio bombeado por Orellana. Todo ello antes del descanso, al que el Celta se pudo ir en desventaja si Sanabria, completamente solo, no hubiese cabeceado fuera un gran centro desde la banda izquierda.

reacción rojiblanca

Tras el intervalo, el Sporting sacó fuerzas de flaqueza tuvo algunos minutos contra las cuerdas al Celta, que tardó en entrar en juego. A los asturianos, que dispusieron de tres acciones consecutivas, les faltó pegada para resolver. La más clara, la tuvo de nuevo a Sanabria, pero no tuvo velocidad y oportunismo para empujar al fondo de la red un gran servicio de Pablo Pérez. Por un breve instante, el equipo de Abelardo Fernández se hacía con las riendas del partido.

un "nolazo" diferente

Se las prometía felices El Molinón con la reacción de su equipo cuando Nolito emergió desde la izquierda para amargarles la fiesta con uno de esos golazos que le son tan propios. Recibió el sanluqueño, como no, de Orellana, en el área, aunque esta vez se lo guisó y se lo comió solo para desarbolar a la defensa y al portero rojiblanco con un "nolazo". Pero un "nolazo" distinto, no menos hermoso pero diferente. En lugar de recortar hacia afuera al defensor y buscar de rosca el segundo palo, el artillero condujo hacia afuera, ganó a su par media baldosa, y percutió raso y ajustado al palo corto un tiro imposible para Cuéllar.

Berizzo afianza el triunfo

Tras el gol, Berizzo apuntaló el triunfo celeste con cambios inteligentes. Primero (minutos antes de marcar Nolito) el Tucu suplió a un desconectado Aspas; Beuavue entró por un exhausto Guidetti y Mallo reforzó, a diez minutos del final, la defensa relevando al enorme Fabián Orellana.

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