La llegada de Hoiberg parecía favorecer a Ibaka. Además de más ofensivo, el nuevo entrenador de los Bulls tenía al cuatro tirador como punto fundamental en el libreto confeccionado en su etapa en Iowa State. Pero Mirotic no ha sido capaz de asentarse en el quinteto titular en un conjunto sometido a demasiadas lesiones y tensiones internas -la falta de química entre Rose y Butler-. Mirotic ha dibujado una trayectoria de altibajos, decorada con algún partido excelso, pero carente de consistencia. Parece acabar la campaña en buena forma tras la larga convalecencia por una doble intervención de apendicitis. Con todo, salvo cuestiones tácticas de Scariolo, tiene difícil ir a los Juegos. En los Bulls le queda un año para consolidar lo que promete.