El celtismo traspasa las fronteras de Vigo y su área metropolitana. Su influencia va más allá de Galicia. Ese amor hacia el Celta se evidencia en cada desplazamiento. En cada viaje el equipo de Berizzo siempre se encuentra el calor y el empuje de una afición que ha sido determinante para que el cuadro celeste atraviese el momento dulce en el que se encuentra. Primero fue el ascenso; después la salvación y ahora el tercer reto que se ha marcado el celtismo es saborear, de nuevo, Europa.

En este intervalo de tiempo ha nacido la peña Brenga Celeste. El germen se originó en un foro del Celta. Ese fue el lugar en el que un número de celtistas en Asturias decidió quedar para ver juntos los partidos, para compartir ese sentimiento, esa fe que el celtismo profesa hacia el equipo de sus amores. Era la génesis, las primeras páginas de la historia de este colectivo que actualmente cuenta con doce miembros y que este fin de semana está ante su gran estreno.

Quique, presidente de la peña, y José destacan que la peña no está formada sólo por gallegos, sino que "hay tantos miembros de Galicia como de Asturias". Ellos, junto al resto de los integrantes de Brenga Celeste, están ejerciendo una función evangelizadora de celtismo. El fútbol desplegado por el cuadro de Berizzo o ser un equipo humilde como el Sporting o el Oviedo convierten al equipo vigués en la referencia a seguir, en el conjunto favorito de la región vecina de los gallegos.

"Asturias ye celeste". Es el lema de la peña, un lema que esperan que este domingo sea refrendado por un Celta que, en caso de ganar, daría otro zarpazo hacia ese objetivo europeo. Brenga Celeste estará en El Molinón para arropar a los de Berizzo. Junto a ellos, 800 aficionados que llegarán desde Vigo. El objetivo inmediato no es otro que teñir Gijón de celeste. Como en su día ya se hizo con Tarragona, Valladolid o, más recientemente, Donosti.

Brenga Celeste ya ha iniciado la cuenta atrás para su gran día. Será la primera visita del Celta desde el nacimiento de un colectivo en el que destaca Suso. Este celtista, originario de Madrid, se hizo aficionado al equipo vigués cuando conoció a su mujer, Carla. El amor, en su caso, llegó como una oferta de supermercado. Como un 2x1. Siempre le gustó el equipo vigués, pero sucumbió al encanto celeste cuando la grada de Balaídos cantó el himno del Celta ´a capella´. Mañana, tanto él como sus compañeros de Brenga Celeste podrán ver al equipo de sus amores en su tierra de residencia, una tierra asturiana que está siendo 'evangelizada' por estos asturianos. "A la sede ya vienen hasta vecinos del barrio a los que le gusta, y mucho, el Celta", afirma Quique, el presidente de Brenga Celeste, una peña que aúna los colores del conjunto vigués con Brenga, un término asturiano que significa fuerza. El celtismo, también en bable.