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atletismo - Vig-Bay

Ejecutivos a la carrera

Dieciséis empleados de una multinacional participarán en la prueba para fomentar hábitos saludables y espíritu de equipo

Los trabajadores de Ardagh Group que compitieron en la media maratón de Oporto, entre ellos Alfredo Alcalá (dorsal 4.177), director comercial de la firma para España y Sudamérica, que reside en Vigo.

La Vig-Bay es tan estricta en su extensión, esos 21.097 metros entre Samil y la baionesa calle Elduayen, como versátil en lo que significa para cada corredor. Dieciséis enfocan su participación en la edición de este domingo como una forma de reforzar sus lazos personales y laborales. Son ejecutivos de una multinacional y la Vig-Bay se incluye en la dinámica de eso que, en inglés corporativo, se conoce como "team building": el complejo proceso de coser cada impulso individual en el tejido colectivo.

Ardagh Group es una empresa francesa en su origen, dedicada a confeccionar diversos tipos de empaquetado y envases, que ha extendido su actividad por todo el planeta. La firma dispone en la actualidad de 89 plantas de producción en 21 países distintos, con 19.000 empleados. En España, Ardagh posee desde 1979 una fábrica en Meis que proporciona envases metálicos a la industria conservera gallega y otra en Reus especializada en aerosoles.

Es precisamente la planta de Meis la que motiva la participación de dieciséis ejecutivos de Ardagh Group en la Vig-Bay, aunque el orden de factores se entrelaza y confunde. Varios de ellos tienen una reunión de trabajo la próxima semana. "Aunque la fecha exacta de la reunión se ha hecho coincidir con la prueba", reconoce uno de ellos, Alfredo Alcalá.

Alcalá es el director comercial para España y Sudamérica en la división de productos del mar. Reside en Vigo, al menos entre viaje y viaje -ayer precisamente volaba a París-. Él ya ha participado en tres ocasiones en la Vig-Bay. No es el único. Su jefe, el director comercial de esa división a nivel global, y el director de operaciones también la corrieron en una ocasión anterior, uno en 2015 y otro en 2014. Estos dos ejecutivos, los de más alto rango de los implicados en la reunión, se enamoraron de la Vig-Bay. "Les encantó", confirma Alcalá. "Es una carrera magnífica".

Alcalá supone que el efecto será parecido entre la decena de compañeros debutantes, incluso aunque a estos se les vaya a bautizar con el agua que las previsiones meteorológicas anticipan. "Ya nos estamos preparando", advierte Alcalá, que asegura que a nadie le asusta la lluvia: "Estamos muy animados".

Participar en la Vig-Bay es una iniciativa personal, pero incluida dentro de una estrategia laboral. En Ardagh Group han activado el programa "bfit" que fomenta entre sus empleados actividades saludables. De hecho, es la multinacional la que en este caso financia la participación de sus ejecutivos en la media maratón viguesa.

Acuden cuatro españoles, dos portugueses, un polaco y nueve franceses, con edades entre los 30 y los 56 años y, en palabras de Alfredo Alcalá, "muy distintos estados de forma", aunque todos sean aficionados a correr. Uno ha disputado el pasado domingo el maratón de París. Y varios ya galoparon juntos el 20 de septiembre en la media maratón de Oporto.

El atletismo es un deporte solitario, incluso el popular, de grandes masas apretadas en la salida. Se combate contra uno mismo, contra los límites del reloj, el cansancio o el dolor. Para estos trabajadores de Ardagh Group, sin embargo, la Vig-Bay es un reto común, espíritu que se refleja en la camiseta que todos llevarán puesta. "Mi jefe es muy partidario de estas actividades de grupo. Aunque podríamos realizar el trabajo por teléfono o videoconferencia, se hacen muchas reuniones presenciales para ayudar a esto. Nosotros cenaremos juntos este sábado y el domingo también pasaremos igual el día entero", explica Alfredo Alcalá, que concluye: "La idea es construir un equipo y las carreras, en este sentido, funcionan muy bien".

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