La Vig-Bay, en su 17ª edición, se prepara para una novedad que puede que no agrade a muchos. La lluvia. Inédita hasta ahora, según confirma la responsable de la organización, Pilar Ruiz. "Nunca ha llovido", sostiene, aunque hace un inciso para mencionar algunos chubascos en la edición de 2007. Así que han decidido encomendarse a Santa Clara. Le llevarán huevos para que obre el milagro y el domingo brille el sol para que la fiesta atlética sea completa.

Con toda una semana todavía por delante, cualquier predicción meteorológica rayaría entre lo osado y lo impreciso, pero lo cierto es que las cosas no pintan demasiado bien para que la prueba siga presumiendo de no haber estrenado todavía el paraguas. La web especializada 4gotas.com indica que "lo más probable es que tengamos que hablar de lluvias y de, por lo menos, viento moderado del suroeste, viento de cara en gran parte del recorrido". Malas noticias a día de hoy, pero que podrían mutar con el paso de los días.

"No pasa nada. Al mal tiempo hay que ponerle buena cara", dice Ruiz, que sabe perfectamente que los atletas no temen a la lluvia. Aunque desluzca un poco la prueba, sobre todo para los acompañantes, los participantes, una vez que toman la salida, ya no temen al aguacero. "Es mucho peor el viento, o el calor. Los inscritos, una vez que han retirado el dorsal y han pagado la inscripción, no creo que no vengan por la lluvia", insiste. Otra cosa es que terminen. Porque dependiendo de la intensidad, si al final llueve, podría hacerse mucho más dura, sobre todo para los populares, que son el grueso del pelotón.

La lluvia, dependiendo de la intensidad, podría ser un contratiempo para aquellos que acudan a hacer marca. La zancada se ralentiza y la carrera se hace más dura, sobre todo mentalmente. Además, si es fría, puede causar algún problema de estómago por el cambio de temperatura. Pero una vez que los atletas tomen todas las precauciones al respecto, el domingo ni siquiera la lluvia será excusa para que los más de 5.000 corredores se citen en Samil para tomar la salida.

En sus puestos estarán Lolo Penas, Hassan Lekhili, Daniel Bargiela, el incombustible Elías Domínguez... Todos arropados por los miles de retos y objetivos del grueso del pelotón, al que ni la lluvia ni el viento mitigarán su ilusión por recorrer los 21,097 kilómetros hasta Baiona.