Encarrilada la continuidad de Berizzo, garantizada la de Torrecilla y con la mayoría del bloque blindado con contratos de larga duración, la renovación de Gustavo Cabral es ahora mismo la principal "patata caliente" que el Celta tiene sobre la mesa. Pese a la solvente temporada que está firmando el defensa central argentino y su indiscutible peso en el vestuario, las opciones de que defienda la zamarra celeste el próximo curso son, ahora mismo, escasas.

Las posiciones económicas entre lo que pide el futbolista y el Celta está dispuesto a ofrecer siguen muy distantes y no ha habido ninguna aproximación en los últimos tiempos. La negociación, reconocen ambas partes, está paralizada. El caso de Cabral es de hecho muy parecido al de Michael Krohn Dehli, a quien el Celta no pudo retener por una cuestión meramente económica, pese a contar con una cláusula de renovación unilateral por un año que el club prefiere no ejercer por excesivamente cara. En Plaza de España, con todo, no dan aún por perdido al jugador.