Los clásicos son duelos singulares, se viven apasionadamente, con la adrenalina desbocada. Ningún otro partido, ni los enfrentamientos ante los grandes colosos de la Liga, puede comparársele en trascendencia ni en ambiente. El tiempo se detiene y durante una semana, con independencia de la situación que cada equipo ocupe en la tabla, no existe en Galicia un antes y un después de este partido.

Para los jugadores destetados en A Madroa el derbi gallego es algo más, casi un modo de vida, un encuentro marcado en rojo desde la pretemporada que hay que ganar a toda costa. El derbi es una cuestión personal. El orgullo del club y la ciudad dependen de ello.

"La gente que llevamos toda la vida en el Celta sabemos lo que es jugar un derbi. La mayor parte de los jugadores lo hacemos ya en categorías inferiores y mamamos desde muy pequeños el ambiente. Para la gente de la cantera es un partido muy, muy especial", confiesa el guardameta Rubén Blanco, que espera tener la oportunidad de debutar este sábado frente al Deportivo en la máxima categoría.

Su compañero en la selección española sub 21, Jonny Castro, tiene también el partido del sábado entre ceja y ceja. Haber perdido el primer asalto en Riazor y el hecho de que el encuentro del sábado coincida con la celebración de una fecha tan emblemática en Vigo como la Reconquista acrecienta, si cabe, su importancia. "Para mí y para todos no es un partido más. Es un partido que vale más de tres puntos, sobre todo al perder en la ida allí en Riazor. A pesar de estar luchando por estar entre los siete primeros, jugar un derbi en Balaídos que coincida con la Reconquista va a ser un partido muy bonito y con muchas ganas para nosotros y para la afición", destaca el zaguero de Matamá.

"El derbi es el partido que todo canterano quiere jugar desde pequeño. Por eso es un poco más especial para los jugadores de casa, aunque todo el vestuario es consciente de la importancia que tiene para la afición", apunta Hugo Mallo. Y añade: "Qué decir de un derbi en nuestra casa y con nuestra afición. Allí perdimos, tenemos ganas de darle la vuelta al resultado de la primera vuelta. Estamos con muchas ganas de que llegue el partido".

Mallo ha podido degustar ya la victoria en un derbi gallego, algo por lo que todavía suspira Iago Aspas, futbolista especialmente racial y apegado al terruño, que espera poner el sábado la primera muesca en su revólver. "Espero que éste sea el primero", declaró hace unos días el moañés en un acto conjunto con Lucas Pérez, su alter ego deportivista, en Santiago. Aspas nunca ha brillado en su partido más importante, pero ha trabajado a marchas forzadas en los últimos días para recuperarse de una lesión y dar el sábado un vuelco a la situación. El moañés ha madurado y afronta la nueva cita más tranquilo y con la lección aprendida del primer asalto. "Hemos aprendido a perder. Un derbi es impredecible, puedes perder diez partidos seguidos que luego ganas, es un partido con las revoluciones muy altas. Tenemos el ejemplo del partido de ida, no hay que ponerle mas puntos sobre las íes", afirmó.

El portero Sergio Álvarez, mientas, admite que conserva aún fresco en su retina el penalti detenido a Mendunjanin el curso pasado en Balaídos que dio el triunfo a los célticos. "Es mi mejor recuerdo", ha asegurado el Gato, que confía en tomarse la revancha del primer asalto: "El partido de ida no fue nuestro mejor partido, pero nos queda ese ánimo de ganarles y quedarnos con la conciencia tranquila".

A la hora de descifrar las claves que pueden desequilibrar la balanza en el duelo del sábado, los cinco futbolistas gallegos del Celta coinciden: lo principal es que el equipo sea fiel a sí mismo. "Va a ser determinante salir enchufados, controlar un poco nuestras ganas de agradar por ser un partido tan especial, en definitiva, tomarnos el partido dentro de lo importante y especial que es como si fuese uno más, jugar como sabemos y hacer nuestro juego", expone Rubén.

"Hay que intentar tener el balón. En Riazor nos apretaron mucho y por momentos no pudimos tenerlo. Luego, hay que apretarles en su juego tan vertical con balones a Lucas Pérez. Tenemos que intentar evitar su peligro pero sobre todo pensar en nosotros, en ser dueños del partido y de la pelota", subraya Jonny, que precisa: "Nosotros lo tenemos claro, como en todos los partidos. Intentaremos tener el balón y ser nosotros mismos, sobre todo en casa. Hacer el campo muy amplio, ser verticales, tener muchas ocasiones de gol y meterlas. Y también sería importante mantener la portería a cero, algo que, salvo en el partido contra el Madrid, hemos conseguido últimamente".

Hugo Mallo se expresa en térmicos casi calcados. "La clave es ser fieles a nuestro juego y ser efectivos", subraya el marinense, que no ve favorito al Celta, pese a su mejor clasificación en la tabla. Sergio tampoco lo cree: "Nunca hay favoritos. Jugamos en casa y tenemos una pequeña ventaja pero los derbi siempre hay que jugarlos. Nosotros estamos en una buena dinámica pero ellos también acaban de romper la mala racha que llevaban. Las dinámicas no importan, todo lo que traigamos de atrás no nos va a servir para ganar".

Los cinco jugadores gallegos de la cantera recuerdan, en todo caso, que no solo ellos viven el derbi de forma apasionada, también lo hace el resto del plantel. "La gente que viene de fuera también sabe lo que significa el derbi para el club, para la afición y para la ciudad", resume Rubén Blanco.