Jonny simbolizó en el partido de ida la derrota. Sus gestos tras su gol en propia puerta representaron lo que había sido el partido del Celta en Riazor. El triunfo se había esfumado. Se consumaba la derrota de un equipo que no había encontrado su mejor versión y cuyos tres hombres de ataque tampoco lograron hacer daño al entramado táctico del Deportivo.

El fútbol siempre da revancha. Jonny tendrá el sábado la oportunidad de lograr su cuarta victoria en un clásico del fútbol gallego, la segunda ante su afición. "No es un partido más. No son solo tres puntos. Al perder en Riazor este partido es más importante más allá de que es clave para poder estar en Europa". El zaguero de Matamá también apuntó que el choque ante el Dépor será un duelo bonito al coincidir con la celebración de la Reconquista.

El canterano, que se incorporó este miércoles al trabajo con el grupo tras su convocatoria con la sub´21, admitió que está cansado tras disputar los 180 minutos de los dos partidos de la Rojita, aunque apuntó que ya está con ganas de meterse de lleno en la dinámica con el equipo tras completar una sesión de recuperación con sus compañeros Rubén Blanco y Bongonda.

Jonny también aportó las claves para poder lograr los tres puntos ante el eterno rival. El de Matamá apuesta por que "ser nosotros mismos". El Celta debe ser capaz de realizar su fútbol y tener, según comenta el vigués, la solidez defensiva de las últimas jornadas, donde salvo en el Bernabéu logró dejar su portería a cero. No obstante, destacó la importancia en neutralizar a Lucas Pérez, "el futbolista que más tira de su equipo". El jugador coruñés y la verticalidad de los blanquiazules son las dos grandes preocupaciones del "19" celeste.