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España pierde el estilo en Rumanía

Decepionante actuación de la selección, que alimenta las dudas de cara a la Eurocopa

Hoban y Andone chocan al pelear por un balón con Sergi Roberto. // Robert Ghement

El segundo ensayo primaveral de la selección española camino de la Eurocopa tuvo menos sustancia que el primero, que ya es decir. Porque la Roja estuvo mal frente a Italia, pero estuvo. Ayer, en Rumanía, no hubo ni rastro del equipo que admiró al mundo no hace mucho. Y no sólo por los nombres, ya que Del Bosque apenas contó con los presuntos titulares, sino por el estilo. Desapareció aquella España que amasaba el balón, a veces en exceso, para dar paso a un equipo incapaz de controlar el partido ante un rival entusiasta, que se sintió cómodo en el ida y vuelta descontrolado de alguna fases, pero sin filo. El partido de Cluj degeneró en un correcalles, con muchas llegadas a cada portería porque el centro del campo se convirtió en zona de paso, no de elaboración.

Como resulta imposible sacar conclusiones generales habrá que detenerse en las individualidades. Por ahí, España dejó un poco de todo. Casillas demostró que puede competir por la titularidad con De Gea, pese a las ganas de algunos por jubilarlo. Mario se confirmó como una buena alternativa a Juanfran. Nacho y Bartra se reivindicaron con un partido completo, que cuestiona la desconfianza de sus entrenadores en sus clubes. El debut de Sergi Roberto fue tan discreto como sus primeros años en el Barça. Y no le ayudó mucho su compañero en el doble pivote, Koke, que ha perdido la frescura de su irrupción en el Atlético. De ahí hacia arriba, mucha calidad y pocas nueces. Porque Pedro y Silva se perdieron en amagos, una rémora demasiado grande incluso para Alcácer, acostumbrado a sacar petróleo de cualquier balón. Ayer no tuvo ni uno decente. Nolito tuvo algunas apariciones desde la banda izquierda, a su estilo.

Casillas, con tres buenas apariciones, sostuvo en el primer tiempo a España, que sólo se asomó a la puerta contraria a balón parado. Las continuas pérdidas de balón no tuvieron más consecuencia por la ausencia de rematadores en Rumanía, que cuenta con Florin Andone, del Córdoba, como delantero de referencia. Stanciu, un mediapunta con el aroma de los grandes "10" del fútbol rumano, fue tan desequilibrante como dado al lucimiento individual. España mejoró en la última media hora, sobre todo cuando la entrada de Morata le permitió abrir huecos en la defensa local.

Hubo hasta dos penaltis, a Morata y Cesc, ignorados por el árbitro, tan empeñado como los jugadores en que aquello acabase en empate. Así fue para consuelo de esta España "B", que a falta de presumir de fútbol va tirando a la espera de recuperar futbolistas y sensaciones.

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