El accidente de Fernando Alonso en el pasado Gran Premio de Australia fue espectacular, pero el piloto español salió del monoplaza como si tal cosa, caminando y hasta sonriendo. Sin embargo, según Jürgen Lindemann, médico de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), el piloto español "se salvó por poco".

"Cuando un piloto experimentado como Alonso se ve en las imágenes volando por los aires y saliendo ileso puede decirse a sí mismo: Este auto es el vehículo más seguro posible. Pero no olvidemos una cosa: Tuvo suerte. Se salvó por poco", declaró Lindeman en una entrevista en la revista alemana Der Spiegel.

Normalmente, cuando ocurren este tipo de accidentes en la Fórmula Uno, los pilotos intentan salir lo más rápido posible del bólido o de los restos de éste. "Es una conducta clásica. Quería mostrar que estaba bien", apuntó Lindemann, que se sigue asombrando por la reacción, aparentemente inmutable, de los profesionales del volante. "He visto a corredores salir de una montaña de chatarra, caminar hacia los boxes y subirse a otro bólido. Algo impensable para nosotros", indica.

A pesar del buen estado de Fernando Alonso tras el impacto, el doctor cree que tendrá algunas secuelas. "Es algo psíquico que no tiene tanto que ver con la tortura para el cuerpo. Un accidente grave implica un estrés impresionante para la mente. El corredor vive todo como si ocurriese en cámara lenta. Y completamente consciente".

Lindemann también consideró típica la reacción de Alonso, quien contó que pensó en su madre en el momento en el que volcaba con el bólido. "Es una conducta clásica. Por eso salió tan rápidamente del coche, para mostrar que estaba bien".

El doctor cree además que los pilotos están dispuestos a correr cada vez más riesgos. "La disposición al riesgo, en especial por parte de los corredores muy jóvenes, crece de una manera exponencial", dijo Lindemann.