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Adiós a una leyenda

Manuel Tomé: "Cruyff ra un poeta, prefería jugar bien a ganar"

"Marcaba tantas diferencias que los partidos los ganaba él solo", recuerda

Manuel Tomé, en su casa de Cangas con una foto en la que él y Johan Cruyf posan con el trofeo de la liga de 1973/74. // Gonzalo Núñez

"El Flaco era muy rápido, era muy difícil cogerle en el campo. Pero el cáncer fue más rápido que él, en menos de seis meses se lo llevó por delante". Manuel Tomé recuerda con emoción y tristeza la figura de Johan Cruyff, con el que compartió vestuario en el F.C. Barcelona durante algo más de tres temporadas.

- Hace poco Cruyff escribía en las redes sociales que, al descanso, iba ganando 2-0 en su particular duelo contra el cáncer. Desgraciadamente ayer parece que ese encuentro se acabó de repente

- Es una gran pena. Aquel mensaje me dio muchas esperanzas, aunque después vi una foto suya y no me pareció que estuviese igual. De todos modos que se haya ido tan rápido para mí ha sido una sorpresa muy dolorosa. Es como si fuese un familiar mío, siempre me trató muy bien.

- Usted tuvo la suerte de coincidir con él en un momento crucial de la historia del F.C.Barcelona. ¿Qué significó Cruyff para el equipo azulgrana?

- Aquel equipo llevaba 14 años sin ganar la liga, en el momento en el que se incorporó a la plantilla el equipo estaba de penúltimo y acabamos ganando la liga. Recuerdo que debutó con un 4-0 contra el Granada, marcando dos goles, y la semana siguiente debuté yo ante el Murcia. Aquella Liga prácticamente la ganó él solo. ¡En diciembre ya éramos casi campeones!

- ¿Y al fútbol en general?

- Cruyff sería el Messi de aquella época. Mire, yo sitúo a Cruyff entre los tres más grandes de la historia, solo por detrás de Pelé y Messi y por delante de Maradona y Di Stefano. Insisto: marcaba una diferencia tan grande que prácticamente ganaba los partidos él solo. Y eso que en aquel momento también había grandes jugadores. Era un genio, alguien como Picasso o Leonardo Da Vinci. Yo diría que era un poeta del fútbol: prefería jugar bien a ganar.

- A Cruyff casi le podríamos considerar como el responsable del "fútbol total".

- De igual manera que en la historia hay un antes y un después de Jesucristo, en el mundo del fútbol hay un antes y un después de Cruyff. Si a la hora de valorar su figura unimos su faceta como jugador y como entrenador entonces estamos hablando del número uno.

- Lo curioso es que a ese impacto inicial que tuvo en el Barcelona, con el 0-5 en el Bernabéu y el título de liga, solo lo siguió un título más como jugador [la Copa del Rey de 1977-78].

- Puestos a buscarle lunares en su trayectoria creo que lo único que se podría decir es que le faltaba ambición para seguir ganando títulos como jugador. Le daba más importancia a jugar bien que a ganar. Pero eso es algo en lo que luego mejoró como entrenador porque tenía mucha más ambición.

- Eso y quizás que nunca llegó a ganar el Mundial

- No lo ganó, pero lo mereció. El mejor equipo del Mundial de 1974 fue Holanda, pero tuvieron muy mala suerte. Luego él no quiso jugar el de Argentina.

- ¿Dónde cree que habría que buscar el legado de Cruyff?

- Él buscaba el espectáculo y creo que el Barcelona de Guardiola, la España de la etapa final de Luis Aragónes y la de Vicente del Bosque son equipos deudores de Johan.

Un roce con Manolo, el gran capitán del Celta

  • - ¿Recuerda algún partido contra el Celta?- Era una época complicada para el Celta. Pero me acuerdo de un partido en el Camp Nou en el que Johan le hizo una entrada un poco fuerte a Manolo, el gran capitán del Celta.- Si tuviese que elegir un partido, una jugada o un gol de Cruyff, ¿cuál sería? - ¡Uff! Creo que el mejor partido que le vi fue en el Parque de los Príncipes de París. Jugábamos contra una selección del Paris St.Germain y del Stade Reims. Fue algo maravilloso. Aquel partido podía hacer que ganase el Balón de Oro y lo ganó.- ¿Cómo era Cruyff fuera del campo, como persona? - Era un hombre majo y generoso. Cuando le hacían algún tipo de regalo él siempre exigía para los demás. Recuerdo una vez en una concentración en Hamburgo que apareció Uwe Seeler con una furgoneta de Adidas y un montón de ropa deportiva para nosotros. A los pocos días llegó Cruyff con otra furgoneta de Puma, con la que tenía el contrato, y trajo también equipación deportiva. Parte de lo que me tocó a mí lo traje para el campo de Massó, en Cangas. Eso sí, no lo invitases a comer. En mi vida he visto a alguien comer tanto como él, aunque le llamasen El Flaco [ríe].

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