Dos triunfos seguidos que invitan al celtismo a ser todavía más optimista. La Europa League parece que es una cuestión de tiempo. El Celta ha apartado de la carrera por la plaza europea a Real Sociedad y Valencia. En Mestalla logró un triunfo de prestigio, fue un golpe de autoridad que ha situado al equipo de Berizzo más cerca de la cuarta plaza que ocupa el Villarreal que la octava que marca el Málaga. El cuadro celeste se ha situado quinto con 48 puntos cuando restan ocho jornadas para poner punto y final a la competición, una situación inmejorable para rubricar el regreso al Viejo Continente casi una década después.

Pero el registro que firma este Celta es sobresaliente. El equipo vigués es el mejor de los últimos diez años a estas alturas de la temporada. Para encontrarse un conjunto con unos números similares hay que remontarse al de la campaña 2002/03. El equipo que dirigía Miguel Ángel Lotina también marchaba quinto y ocho jornadas después acabaría logrando el último billete que permitía disputar la Champions League, un éxito histórica para la entidad viguesa.

Este Celta, como comentó Mallo este lunes en sala de prensa "tiene hambre, tiene ambición". Tanto la plantilla como su afición tienen también fe e ilusión. No obstante, los hombres de Berizzo tiran de cautela. Saben que lo primero es cerrar su presencia en la Europa League y después intentar alcanzar a un Villarreal que, pese a sus dos últimos tropiezos ante Sevilla y FC Barcelona, ha demostrado que atraviesa un buen momento de forma para defender esa renta de seis puntos. Esa cuarta plaza es difícil, pero no imposible y para este Celta las quimeras no existen.