Carlos Sainz (Toro Rosso), que acabó noveno el Gran Premio de Australia, esquivó las quejas de su compañero Max Verstappen. El holandés, de 18 años, concluyó décimo, justo por detrás del madrileño la primera carrera del año, en la que no consiguió superarlo en las últimas vueltas.

Sainz, de 21, comentó de la actitud de su compañero: "¿Se ha quejado mucho? Bueno, qué se le va a hacer", indicó el hijo del doble campeón mundial de rallys español de mismo nombre.

"Fue una carrera loca, muy loca en la que todo podía haber sabido perfecto o mal, al final una mezcla y nos tenemos que conformar con un noveno que con el ritmo que teníamos no es suficiente, pero son puntos. Toca aprender de lo de hoy y seguir hacia delante", explicó Sainz, después de la primera de las 21 carreras del Mundial de Fórmula Uno.

"Cuando vas con gente con más punta y DRS pues no se puede, y eso que no he parado de adelantar en toda la carrera, pero con DRS no hay quien adelante", indicó.

"La segunda mitad de carrera podríamos haber hecho algo diferente, pero es fácil decirlo ahora. Lo lógico era poner blandos y medios después, pero con los medios es difícil de adelantar, porque no tiene 'grip', y era el neumático bueno", explicó el español de Toro Rosso.

"El coche va bien y aún tendremos mas oportunidades de coger puntos", añadió Carlos Sainz.

"No estoy del todo contento con el resultado de hoy, porque creo que podíamos haber sumado más puntos con el coche que tenemos, pero hice todo lo que pude para acabar lo más adelante posible"; añadió el madrileño, en declaraciones difundidas por su propia escudería.

"Acabar noveno es frustrante. La carrera fue un poco caótica, así que fue difícil hacerlo todo bien. Después de la bandera roja, las cosas se pusieron interesantes y aunque ésta no es la pista más fácil para adelantar, hice un par de movimientos buenos, alguno de ellos complicados", opinó Sainz, de 21 años.