La campeona de España de triple, Ana Peleteiro, se ha clasificado undécima en la final directa de los Mundiales en pista cubierta de Portland (Estados Unidos) con una marca de 13,59 le no le permitió seguir en competición después del tercer salto.

Peleteiro se estrenó con una marca de 13,59, séptima en la primera ronda. Su objetivo eran los 14 metros para volver al nivel que hace cuatro años le dio en Barcelona el título mundial júnior al aire libre con un registro de 14,17.

La gallega saltó dos centímetros menos en el segundo turno y fue retrocediendo en la lista hasta situarse undécima cuando ejecutó su tercer salto. Su exabrupto -"¡mierda!"- al aterrizar a sólo 13,37 de la tabla fue captado claramente por los micrófonos. Undécima entre quince contendientes.

El 23 de febrero en Sabadell y tres días después en Madrid, Peleteiro había igualado su récord personal en pista cubierta (13,91). Luego se proclamó campeona de España y dio por concluida, no del todo satisfecha, su campaña invernal, pero la IAAF la repescó para el Mundial.

Yulimar Rojas, de 20 años, alumna del multicampeón mundial cubano Iván Pedroso, se erigió en la campeona mundial de triple salto más joven de la historia de los Mundiales bajo techo y dio a Venezuela la primera medalla de la historia. Un sólo salto válido, el segundo, pero de 14,41 metros, le bastó para conseguir su primer gran éxito universal. La alemana Kristin Gierisch, segunda en el ránking mundial del año con 14,29, mejoró aquí un centímetro y se alzó con la medalla de plata. Tras despedirse con un nulo, se abrazó llorando a su entrenador. La griega Paraskevi Papahristou completó el podio con 14,15.

En ausencia de la colombiana Caterine Ibargüen, campeona mundial al aire libre e invicta desde la final olímpica de Londres 2012, el atletismo latinoamericano ha encontrado en Yulimar una nueva joya, un diamante todavía sin pulir que en un futuro próximo aspira a disputar la hegemonía mundial a la colombiana.

Ruth Beitia, la capitana del equipo español en los Mundiales en pista cubierta de Portland, afronta el torneo con la ambición de ir "a por todas, como siempre" y se considera bien adaptada al horario pero subraya la dificultad de conseguir una medalla, aun cuando no estén las rusas.

"Estoy muy bien, la adaptación ha sido muy buena y tanto el ambiente como la pista son fantásticos. Es un honor para mí seguir haciendo historia junto con mi 50 por ciento, Ramón Torralbo", declaró la saltadora de altura cántabra, que hoy domingo luchará por subir al podio en una final directa.