El Academia Octavio camina sin red desde hace tiempo por la División de Honor Plata. Condenados en teoría al descenso en cualquier cuenta medianamente razonable, los vigueses intentan resistirse a la evidencia. "Hay que dar el máximo y luego ya veremos hasta dónde nos alcanza", suele arengar Jabato a sus discípulos. No existe para ellos más futuro competitivo que intentar seguir vivos tras cada encuentro. Es lo que pretenden esta tarde en As Travesas, donde reciben al Bordills catalán.

El grupo académico intenta aislarse en una situación de máxima angustia. Y sin arrojar la toalla. El club todavía ha tanteado en los últimos días la posiblidad de encontrar algún refuerzo de última hora entre los equipos del entorno de Primera Nacional. La operación no ha fructificado. El Octavio tendrá que pelear con lo que tiene.

La escuadra viguesa es colista con ocho puntos. El Nava, que tiene un partido pendiente, marca la frontera de la salvación con trece. Faltan siete partidos, catorce puntos en disputa. Cualquier previsión de permanencia se cifra como mínimo en 18 puntos. Es decir, el Octavio necesitaría ganar cinco de esos siete partidos para tener alguna opción y entre sus rivales están todavía el Bidasoa o el Barcelona B. El reto excede la condición de milagro, sobre todo para un conjunto que no ha sido capaz de puntuar fuera de casa en lo que va de liga.

El factor positivo es cómo ha mejorado su rendimiento en las últimas jornadas y especialmente en As Travesas, donde encadena dos victorias. Ante el Bordills los chicos de Jabato persiguen la tercera consecutiva.

La escuadra rival entra en el terreno de lo asequible. El Bordills se ampara sobre todo en su cancha y baja el rendimiento fuera. Con 17 puntos en el saco, los catalanes buscan un triunfo en Vigo que deje practicamente certificada su continuidad en Honor Plata. Todos miran al Octavio como la víctima propicia. Pero los olívicos tira de coraje para demostrarles que todavía no están muertos.