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Una estructura cada día más fiable

Son las ocho y media de la mañana del domingo y en la sede del Campeonato de España de Piragüismo en Sevilla solo un club está presente: el Kayak Tudense. Esteban Alonso y Manuel Pedrares acompañan y dirigen a David Da Rocha, el juvenil que compite una hora y media más tarde. Le piden concentración, que se libere de los nervios. Poco después, que se suba a su embarcación y reconozca alguno de los tramos del río Guadalquivir donde va a competir. A continuación, las instrucciones. Poco a poco llegan sus rivales, la mayor parte de ellos con el tiempo justo para afrontar la prueba. Los técnicos del club tudense ya están preparados con sus bicicletas para seguir la regata y también con los cronómetros.

Estos gestos demuestran la importancia de los detalles. "Cuidamos de todos, siempre desde el respeto y la educación", afirma Esteban Alonso. El ritual del trabajo del grupo en Sevilla es igual en todas las competiciones. Seriedad y rigor. "Venimos a competir, no a estar de fiesta. Eso luego", afirman. El compañerismo también es fundamental. Todos se ayudan entre todos. A cargar los barcos, recoger el material de trabajo, llevar la embarcación a un compañero para que pueda competir e incluso arreglar algún desperfecto.

José Luis García, el presidente del Kayak Tudense, afirma que "fomentamos valores, ayudamos a hacer personas. Y es fácil comprobarlo. Aquí no hay ningún mal gesto. Puedo afirmar que somos también un ejemplo para otros". Después de sufrir para ganar el título de campeones de España, tocó la celebración. Rubén Millán y Gabriel Pavón acabaron en el agua por el empeño de sus compañeros. Fue antes de comer las pizzas encargadas por el club y poner rumbo a Tui en las furgonetas con los remolques. Casi 900 kilómetros. Ninguna queja.

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