El partido de rivalidad entre el Villalonga y el Céltiga, aunque terminó sin goles, respondió a las expectactivas, sobre todo en los primeros 45 minutos, por su ritmo y vistosidad futbolística, que entusiasmó a los numerosos aficionados que se dieron cita en el Nuevo San Pedro.

La ausencia de goles se debió a una tarde aciaga de los delanteros locales, que malograron hasta cinco ocasiones claras de gol; mientras que los visitantes mandaron un balón a la escuadra al botar un libre directo cuando ya finalizaba la primera mitad.

El partido comenzó con un ritmo frenético que duró 35 minutos. Los dos equipos desplazaban el esférico de una portería a otra, pero sin lograr resultados del juego ofensivo, lo que dio origen a que el partido terminase con cero a cero en el marcador, dejando demasiado en evidencia la falta de eficacia goleadora de los dos equipos. Esta fue más pronunciada en los locales, que hicieron buenas combinaciones en el área visitante, pero acusaron la falta de contundencia en el remate de su referente en las labores ofensivas, Diego Blanco, que no tuvo su tarde a pesar de la constante lucha con los defensas contrarios.

Si la primera mitad mostró que los dos equipos que marchaban al frente de la clasificación tienen madera de Tercera División, la segunda ya fue totalmente distinta, aunque ello obedezca al sobreesfuerzo físico del comienzo. Sin embargo, ello no fue óbice para que los delanteros tuviesen una mala tarde, porque de lo contrario estaríamos hablando de un resultado totalmente diferente a favor de los locales, que fueron los que más oportunidades de gol dispusieron.

A los isleños les fue anulado un gol tras un lío entre el central y el portero local que aprovecho el delantero Ramín para robar el balón, aunque para ello tuvo que empujar y mandar al suelo al defensa, falta que apreció el auxiliar, por lo que se anuló el gol con toda justicia.

Si alguien mereció ganar los tres puntos fueron los locales por sus numerosas ocasiones de gol. El resultado favorece a ambos: al Villalonga para mantener la distancia sobre sus perseguidores, y a los isleños el punto le mantiene al acecho de la segunda plaza, que da acceso al ascenso directo.