Con un puñado de chavales de la cantera canaria y otros jugadores de perfil bajo, Quique Setién consigue que la Unión Deportiva Las Palmas juegue bien al fútbol. Tiene un método y procura que sus futbolistas lo apliquen, incluso cuando está enfrente un gigante como el Real Madrid. Zinedine Zidane tiene una de las plantillas más lujosas del mundo y puede permitirse lujos como el de ayer, dejando fuera del equipo a Marcelo, Kroos o James, pero dos meses después de su llegada al banquillo aún no se sabe a qué juega su Madrid. Lo que no tiene Setién le sobra a Zidane: especialistas en las áreas. Por eso ganó el Madrid, por las paradas de Navas y los cabezazos de Sergio Ramos o Casemiro en dos córners. Por eso perdió Las Palmas, por las facilidades en defensa y su escasa pólvora en ataque. El 1-2 fue demasiado castigo para unos y excesivo premios para otros, pero difícilmente torcerá el destino de los equipos al final de temporada.
Zidane parece convencido de que a su Madrid le conviene más Casemiro que Kroos. Dos jugadas aisladas, el desvío casi bajo el larguero en una falta indirecta dentro del área y el cabezazo del segundo gol, parecen darle la razón. Todo lo que pasó en el medio se la quita. El presunto equilibrio defensivo de Casemiro no evitó que Las Palmas se agenciase media docena de buenas oportunidades, mientras que el brasileño se se convirtió en el objetivo predilecto de los canarios para recuperar el balón. El Madrid de Casemiro gana, pero no convence ni entretiene.
Zidane aprovechó el partido de Canarias para probar otra variante táctica. Juntó a Casemiro y Modric en un doble pivote para dar más libertad a Isco por detrás del delantero centro, puesto adjudicado a Cristiano Ronaldo mientras vuelve Benzema. El resultado no fue satisfactorio porque Isco sigue sin brillar y Cristiano pareció incómodo sin campo para correr, empotrado entre los dos centrales y desconectado de sus compañeros. Sólo pudo hacer de las suyas en el minuto 23, tras una recuperación y pase en profundidad de Modric que le citó con Javi Varas. El portero le ganó la partida, pero la defensa canaria se asustó tanto que cedió el córner que acabó con el cabezazo de Ramos sin oposición.
El revés no amedrentó a Las Palmas, que siguió a lo suyo. Sin un solo especialista defensivo en el centro del campo, pero con la solidaridad de todos para dejar sin espacios a las balas blancas, los locales siguieron tratando de tu al Madrid. Los locales se excedieron a veces en el sobeteo del balón, pero tanta paciencia acabó situándole ante la posibilidad del empate. Keylor Navas, que abrió su exhibición con una parada a Willian José, iba a sostener a su equipo durante un buen tramo del segundo tiempo, cuando Las Palmas marcó definitivamentel ritmo del juego.
La rapidez y el sentido de la anticipación de Keylor Navas frustró al joven e inocente Nili hasta por dos veces. Y cuando la larga sombra del costarricense no alcanzaba surgía la bota de Casemiro, el último de la barrera que se interpuso en el lanzamiento de falta de Nono por una cesión inventada por Fernández Borbalán. Cuando parecía que ya había pasado lo peor, el Madrid pagó una frivolidad de Kovacic, autor del pase que Nono aprovechó para poner a Willian José mano a mano con Keylor. El brasileño tuvo sangre fría para picar el balón y desatar la euforia, que duró el tiempo que tardó el Madrid en provocar otro córner.
