El Celta B se llevó merecidamente de Tafalla el duelo por la salvación que le enfrentaba a la Peña Sport. Dos equipos que pelean por salvar la categoría y que tras la celebración de este encuentro deja a los vigueses más cerca de la salvación y a un conjunto tafallés hundido en la tabla y, lo que es más preocupante, dejando muchas dudas tras lo visto ayer en los noventa minutos.

Y es que pese a que se jugaban tres puntos vitales, quien puso la intensidad y las escasas ocasiones de gol fueron los visitantes, que vieron cómo la Peña Sport regalaba prácticamente la primera mitad, apenas se imponía en las disputas y en las segundas jugadas, y eso en esta categoría cualquier rival te lo sabe aprovechar. Los tafalleses crearon su única ocasión de gol en el minuto 87, mientras que los vigueses tuvieron alguna llegada peligrosa que no supieron convertir para haber llegado con más tranquilidad a los últimos minutos de partido.

La primera parte fue del Celta B que, eso sí, tuvo fortuna en el gol, ya que el balón de la falta golpea en el barrera y despista a Tanis, que nada puede hacer por evitar que el balón acabase en el fondo de la red. La jugada de la falta fue la que motivó la lesión de Iván por un pisotón, y que tuvo que ser sustituido en el minuto 20 de partido. El encuentro se dirimía en el medio campo, y el trabajo de los porteros en este plazo fue testimonial. Rondó más el balón por el área local, pero apenas hubo ocasiones reseñables.

En la segunda parte parece que la charla en el vestuario motivó un poquito a la Peña Sport, que pareció ponerle un punto más al encuentro, nada difícil viendo lo de los primeros 45 minutos, pero ni por esas. El Celta B seguía cómodo en el campo, bien adaptado a lo pesado del césped, y combinando bien. La Peña, sin embargo, adelantó un poco sus líneas, pero no creaba peligro. Y sin tirar a puerta es complicado hacer gol.

En el minuto 68 llegaría una jugada crucial. Varias combinaciones dentro del área local terminan habilitando a Franco delante de Tanis al que bate en segunda instancia tras despejar el portero peñista un disparo del propio jugador. Llegaba el 0-2 y el partido con casi media hora por delante se podía dar por finiquitado, dada la escasa capacidad de reacción exhibida por los locales hasta ese momento.

Con la llegada del gol que ponía en franca ventaja a los vigueses, ambos técnicos se decidieron a mover banquillo. Los locales, para poner más gente de ataque, pero ni por esas. Y los visitantes, para reforzar el medio campo con el fin de seguir teniendo el control del partido. La Peña tuvo su única ocasión en el minuto 87 con un disparo de Rubio que despejó el portero, y el Celta B pudo hacer el tercero en una contra que no supo resolver Rioja.

En resumen mal partido de los locales, que tendrán que trabajar para cambiar esta dinámica, y buen resultado para los vigueses que volvieron a casa con tres puntos más en el casillero y, sobre todo, más moral para los próximos compromisos.