La goleada sufrida ayer en el Santiago Bernabéu ha dejado graves secuelas con la lesión sufrida por el chileno Pablo Hernández, el Tucu, en una acción fortuita, cuyo alcance está por determinar, pero que podría dejarle fuera de juego por lo que resta de temporada. El centrocampista celeste tuvo que abandonar el terreno de juego tras sufrir un encontronazo con el madridista Lucas Vázquez. Pocos minutos después de golpearse la rodilla contra el jugador coruñés, Hernández pidió el cambio y fue sustituido por el serbio Nemanja Radoja.

Lo que en principio parecía un golpe sin demasiada importancia puede ser un problema de mucho mayor calado, según se supo una vez que el jefe de los servicios médicos del Celta, Juan José García Costa, pudo examinar sobre el terreno al jugador. Tras una primera exploración, el facultativo sospecha que Pablo Hernández tiene fracturado el ligamento lateral externo de la rodilla derecha, una lesión grave que podría mantener la jugador inactivo entre dos y tres meses.

Pero de momento no hay más que una examen sobre el terreno que tendrá que ser confirmado por las pruebas médicas que en los próximos días se le practicarán al futbolista. El club no ha desvelado, de momento, la fecha en que se harán las pruebas diagnósticas.

En todo caso, si se confirman las sospechas de que el ligamento está fracturado, el tiempo de recuperación estaría entre los dos y los tres meses, con lo que la actual temporada sería ya historia para el Tucu, que también vería cerrada cualquier opción de disputar con la selección de Chile la Copa América que se jugará en julio próximo en Estados Unidos.

De confirmarse los peores pronósticos de los médicos, Berizzo perdería a uno de sus jugadores más importantes en un momento crucial de la temporada, justo cuando el equipo se está jugando la clasificación para disputar competición europea la próxima campaña. Con un trabajo sordo pero efectivo, Hernández ha sabido cambiar los silbidos que rodearon sus primeras actuaciones por elogios generalizados, tanto de la afición y de los medios como del propio técnico, Eduardo Berizzo, que lo considera una pieza clave en su esquema de juego. La del centrocampista chileno sería además la tercera lesión grave que sufre un futbolista importante del equipo, tras las sufridas por Nolito (dos meses sin jugar) y Andreu Fontás, para quien la temporada es también historia por culpa de un problema en el tendón de Aquiles que le ha obligado a pasar por el quirófano.