Leo Beenhakker se marchó del Real Madrid con un pésimo recuerdo de Balaídos. El año que consiguió un triplete (Liga, Copa y Supercopa) con el equipo madrileño, el entrenador holandés no pudo celebrar un triunfo en las dos ocasiones que visitó Vigo para enfrentarse a un Celta que fue su único verdugo en la Liga. El 15 de abril de 1989, los célticos acabaron con una racha de imbatibilidad de 34 partidos del Real Madrid. Ese longevo récord lo igualó el domingo pasado el Barcelona.

La derrota del líder de la Liga 88/89 en Balaídos pasó desapercibida en una jornada marcada por la tragedia de Hillsborough. La muerte de 96 aficionados a causa de una avalancha en el Liverpool-Nottingham Forest de Copa centró toda la atención mediática.

El incontestable triunfo céltico, gracias a un doblete de su delantero brasileño Amarildo, alcanza ahora el protagonismo que no tuvo en su momento gracias a la nueva gesta del Barcelona, que con la victoria de ayer en Vallecas encadena 35 partidos sin perder esta temporada.

El Real Madrid, que también intentó convertirse en invencible, se tropezó con el Celta que entonces entrenaba José Manuel Díaz Novoa. El equipo vigués se presentó en la jornada vigésimo novena de la Liga con Maté, Otero, Espinosa, Hagan, Rodolfo, Atilano, Julio Prieto, Vicente, Nacho, Maric y Amarildo para defender la cuarta posición en la tabla ante un líder invicto, en el que jugaban Schuster, Hugo Sánchez, Sanchís, Buyo, Míchel, Gordillo, Gallego y Tendillo.

"Fue un poco sorpresa el resultado porque aquel Real Madrid no perdía ningún partido. Tenía un equipazo. Pero nosotros éramos un equipo muy incómodo y estábamos bastante convencidos de nuestras posibilidades.Sabíamos que no éramos brillantes, pero teníamos un grupo muy bueno defensivamente", señala Javier Maté, portero céltico en aquellos momentos.

Esa campaña, el Real Madrid la inició con éxito, pues conquistó la Supercopa de España ante el Barcelona: superó a los azulgrana en la ida (2-0) y cayó en el Camp Nou (2-1). A partir de esa derrota en el mes de septiembre, el equipo de Beenhakker encadenó 34 partidos sin perder. Hasta que el 15 de abril de 1989 se presentó en Balaídos.

"Yo conocía a muchos jugadores del Real Madrid y me decían que estaban muy convencidos de seguir ganando. Tenían un buen equipo, era la Quinta del Buitre en su máximo esplendor. Ese año, nosotros perdimos muy pocos partidos en Balaídos, aunque al final nos dejamos ir", recuerda el exguardameta del Celta, que vivió una tarde tranquila a pesar de enfrentarse a uno de los mejores equipos de Europa. "Contaba con tener un día ajetreado y fue más bien un partido cómodo".

Los célticos abrieron el marcador en el primer minuto de juego: Atilano robó un balón y Vicente le dio una asistencia a Amarildo, que batió por bajo a Buyo. A los 25 minutos, el brasileño anotó de cabeza tras un preciso centro de Atilano.

El exdefensa céltico destaca el trabajo previo de Novoa para hacerle frente al líder. "El partido lo habíamos preparado muy bien y después salió como esperábamos. Fue un partido muy bonito y la afición se lo pasó muy bien".

Al Celta le costaría cara esa victoria ante el líder. "A partir de ahí llegamos a tener una especie de complacencia que no nos vino nada bien", admite Maté. El equipo vigués acabaría la temporada en la octava posición, pues en las últimas nueve jornadas solo sumó una victoria en Sevilla, mientras que perdió los últimos tres encuentros en Balaídos.

Pero la de Liga no sería la única victoria céltica ante el Real Madrid en aquel curso. Cuatro días después, el equipo de Beenhakker fue goleado por el Milan en San Siro en la Copa de Europa (5-0). Era su tercera derrota del año. La cuarta la sufrió el 11 de mayo, en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey. Balaídos volvía a ser esquivo a Leo Beenhakker, del que prescindiría el Real Madrid al concluir esa temporada, a pesar de obtener un triplete.

Ambos equipos vuelven a coincidir en la Liga. El Real Madrid es tercero y el Celta, sexto en la clasificación, con dinámicas contrarias: los blancos están inmersos en una crisis deportiva que amenaza con extenderse a la institución y los celestes viven momentos dulces por su excelente temporada.

"El Real Madrid tiene jugadores de mucha calidad, pese al mal momento que atraviesa, por lo que Celta tiene que ofrecer su mejor versión. Así y todo, te puede ganar con un zarpazo de cualquiera de ellos porque son buenísimos. Es verdad que no están en el mejor momento de la temporada, pero a ver quién no fichaba a cualquier jugador del Real Madrid", sostiene Atilano, que ve difícil dar la sorpresa en el Bernabéu. Aún así, confía en las dificultades que el Celta es capaz de plantearle a cualquier rival.

Maté cree que el Real Madrid "es un equipo con dudas, pero recupera a muchos jugadores y si tiene su tarde en el Bernabéu es muy difícil ganarle. Aún así, le concedo posibilidades al Celta".