El Alondras sumó un importante triunfo ante el Ribadumia, y le permite tomar un poco de aire. Los dos equipos llegaban al encuentro con el objetivo de sumar puntos que les alejasen de la zona peligrosa de la tabla, y quien mejor asumió esa situación, de inicio, fueron los locales. Para ellos fue la primera ocasión del partido tras una serie de minutos de tanteo en la que el balón se movía de un lado a otro en el centro del campo sin ningún tipo de profundidad. La ocasión la tuvo Changui, que acertó a conectar un gran cabezazo que Martín tuvo que desviar a córner en una gran estirada. Tan solo un instante después de esa ocasión, fue Fran Matos el que cogió un balón en el borde del área, pero su disparo se fue alto por muy poco.

Sin ningún tipo de profundidad y con el centro del campo muy espeso por la presión a la que le sometía el equipo local, el Alondras tenía que recurrir al balón parado para tratar de acercarse a la meta defendida por Javi Sánchez. Así ocurrió en su primera aproximación clara, en un saque de falta ejecutado por Rafita que no consiguió peinar Abel ante el meta aurinegro.

Tras unos instantes de juego anodino, en el que ambos equipos no encontraban la profundidad suficiente para acercarse a la meta contraria, llegó el tanto local. Miguel Vázquez se quedó enganchado a la salida de un córner, recibiendo el balón en la banda izquierda. El defensa centró al área donde Rafita, de forma incomprensible, trató de controlar el balón con el pecho en vez de despejarlo y lo único que consiguió fue que la pelota acabase en los pies de Changui, que fusiló a placer al meta visitante. Cuando parecía que el partido estaba condenado al empate llegó el segundo tanto del Alondras que sentenciaba el encuentro a su favor.