El Celta Zorka tuvo un complicado regreso tras el partido disputado en la mañana del domingo en Cáceres ante el Al-Qazeres. El equipo entrenado por Cristina Cantero inició el viaje de vuelta a Vigo nada más terminar el encuentro, y ahí comenzó su odisea.

Los problemas llegaron cuando se unieron a la A-52 y afrontaban el camino hacia los puertos de El Padornelo y La Canda. El equipo hizo una parada en Mombuey bajo una intensa nevada. Una hora después, el autocar con la expedición céltica trató de reiniciar el camino, pero la Guardia Civil se lo impidió al comunicarle que había varios accidentes de camiones y que la intensa nevada había complicado la circulación, haciéndolo prácticamente imposible.

El equipo, como el resto de conductores que estaban en su misma situación, se tomaron las cosas con calma y siguieron esperando, ya que era imposible moverse.

Cerca de la media noche, la expedición céltica recibió permiso para moverse, pero en dirección hacia Benavente, en donde tendrían que hacer noche. Evidentemente la localidad zamorana fue el centro de atención del temporal, y se agotaron todos los alojamientos ya que fueron muchos los conductores que tuvieron que hacer noche.

Ayer por la mañana, pasadas las primeras horas del día, la expedición céltica inició el camino de regreso a Vigo, a donde llegó cerca de las dos de la tarde, casi veinticuatro horas después de iniciar en Cáceres el viaje de regreso.

A pesar del tortuoso desplazamiento, Cristina Cantero no tuvo piedad del equipo, y a las ocho de la tarde convocó a las jugadoras para hacer dos horas de entrenamiento para preparar el importante partido del sábado, a las 17 horas, ante el Oviedo.