La expedición "Compromiso con la Tierra", formada por las viguesas Chus Lago, Estela Estévez y Silvia Rey y la mosense Verónica Romero, prosigue sin incidencias su expedición por los lagos helados de Laponia. Lago ejerce de líder de sus tres compañeras, inexpertas pero que están demostrando una gran capacidad de aclimatación. El grupo se ha tomado este viaje como un test clave y necesario de cara a la aventura de mayor calado de 2017, cuando pretenden cruzar Groenlandia de sur a norte.

José Naranjo, director de Mundo Ártico, está ejerciendo como enlace más directo con la expedición gallega en unos días en los que no resulta fácil entablar comunicación telefónica con ellas. Naranjo revela que ha hablado "con gente local de Inari que conoce muy bien la zona". Naranjo añade: "Cuando les he contado que las chicas estaban haciendo etapas de 12 kilómetros o más con esta nieve, han alucinado. Es un ritmo olímpico tal y como están las condiciones", indica.

La temperatura en la zona, ya situada dentro del Círculo Polar Ártico, es muy alta y la nieve, consecuentemente, húmeda, por lo que se hace pesadísima para avanzar. Para ello, las expedicionarias se van turnando cada media hora para abrir huella. "Esta es una tarea agotadora, la de ir abriendo camino con una gran capa de nieve húmeda", explica José Naranjo, experto en estas lides.

Ayer las gallegas estaban bordeando por el noroeste un conjunto de islas y se iba a adentrar en el estrechamiento final del Inari. Después se trasladarán a otro lago, el Tornetrask, ya en Suecia.

"Yo estaba acostumbrada a caminar 20 kilómetros a tope por los lagos, pero ahora parece que pisamos masa de pan", describe Chus Lago. "Nos va de cine", confiesa la líder. Cada una tiene su cometido. Estela controla los tiempos de avituallamiento, Verónica y Silvia sacan fotos, graban y ayudan en lo que se necesite, mientras Chus controla la brújula.

Duermen en parejas, Silvia con Chus (son primas) y Estela con Verónica. Montar y desmontar el campamento les lleva casi dos horas, aunque ya han cogido práctica. "Es un trabajo duro, sobre todo meter todo en el trineo y que quepa colocado", indica Estela Estévez."Yo no estaba acostumbrada a esto, como Silvia y Vero, pero cada día me encuentro mejor. Pensé que haríamos más kilómetros pero es como andar por la arena de la playa", indica. En esto coincide Verónica Romero. "El trabajo se multiplica por cien con la nieve así. El frío no nos mata, pero sí el trineo".

Los paisajes son "increíbles". Ayer se levantaron con sol en la zona de islas del Inari, lo que les regaló un espectáculo majestuoso, por lo que el esfuerzo vale la pena. "Es sufrido, no es fácil, y nunca pensé que un minuto durase tanto. Nos viene muy bien lo de hacer relevos", indica Estela.

En su trayecto diario paran cada hora para comer, "normalmente una chocolatina, frutos secos?" y beber, así hasta las 15.30 horas, cuando empiezan a montar de nuevo el campamento antes de que se haga de noche, mientras, normalmente, las vigilan manadas de renos. Según sus cálculos, alterados por las dificultades del terreno, este viernes podrían culminar el "primer asalto", el lago Inari.