Fue ejecutar Messi y Suárez el penalti que supuso el cuarto gol del Barcelona ante el Celta y estallaron de inmediato las redes sociales de aficionados del equipo vigués indignados con lo que entendían suponía una falta de respeto intolerable de los barcelonistas hacia un equipo condenado como el céltico.

La reacción en caliente en las redes sociales resultó abrumadora y contrataba curiosamente con las declaraciones que salían del vestuario del Celta en las que tanto los futbolistas como Berizzo insistieron en que el recurso utilizado por el Barcelona les parecía lícito y no se sentían molesto por esta cuestión. Pues su punto de vista no iba en consonancia con lo que pensaban la mayor parte de los aficionados del Celta que se pronunciaron sobre la jugada en cuestión. La mayoría consideraban sin dudas que se trataba de una falta de respeto y matizaban que ese tipo de jugadas quedaban desacreditadas por el momento en que se hizo y que bien diferente habría sido en caso de que el partido estuviese igualado. Los aficionados del Celta en las redes sociales calificaban la jugada de "broma", "bufonada", "chiste", "falta de respeto" o "provocación". También estaban indignados con el hecho de que el árbitro hubiese concedido el gol pese a que Suárez, en el momento que Messi toda la pelota, estaba dentro de la medialuna del área lo que debería invalidar la jugada. De esta manera se mezclaba la indignación por el jugada en sí y además por su ilegalidad. Las quejas y protestas de los aficionados se mezclaba en las redes con la tradicional guerra que se establece entre los aficionados del Real Madrid y del Barcelona ante cada polémica que envuelve a los dos equipos.

A los aficionados del Celta también les molestaba que en medio de la discusión sobre el peculiar lanzamiento del Barcelona en el cuarto gol se pasase por alto el partidazo del Celta que con importantes bajas y el cansancio que acumulaba por la eliminatoria copera ante el Sevilla fueron capaces de comprometer al Barcelona hasta que faltaban apenas quince minutos para el final del partido. Al final se llevaron un castigo exagerado que los aficionados insistieron en que era una brutalidad para el partido que habían jugado los vigueses. Pero el ambiente ya estaba incendiado. Los aficionados del Celta se fueron para cama calientes con la polémica y con el espíritu algo pisoteado. Ardían a esa hora las tertulias de radio y televisión con la jugada en cuestión. El Celta para ellos era un simple pretexto.