Visto desde fuera podría parecer que el empate obtenido en la mañana de ayer por el Coruxo ante el Izarra sabe a poco, pero la realidad es bien distinta. El equipo entrenado por Rafa Sáez consiguió romper una racha negativa de dos derrotas consecutivas, que le permiten seguir en la zona media de la clasificación, manteniendo intactas las opciones de pelear por una plaza para disputar la próxima edición de la Copa del Rey.

En el cuadro vigués destacó la presencia en el "once" inicial del último fichaje del equipo, Birane Ba, que disputó sus primeros minutos al estar lesionado Raúl Medina. El senegalés ocupó su puesto sobre el terreno de juego. Como el resto del equipo estuvo más activo en la segunda parte que en la primera, y fue el protagonista de una de las dos grandes ocasiones que tuvo el Coruxo tras el paso por el vestuario.

Del partido sobraron los primeros cuarenta y cinco minutos. El Izarra llegó al campo de O Vao con un planteamiento conservador, con una falsa defensa de cinco en la que el lateral Alex Cacho subía con mucha facilidad por la banda. De esta manera se acumularon muchos jugadores en el centro del campo, y eso provocó que el balón fuera de jugador a jugador sin que nadie fuera capaz de controlarlo.

Así, fue complicado que en estos primeros cuarenta y cinco minutos de juego se vieran claras ocasiones de gol, lo que provocó cierto aburrimiento general.

Sin embargo la segunda parte fue totalmente diferente. Además de las instrucciones que Rafa Sáez le dio a sus jugadores en el tiempo de descanso, la primera jugada fue clave para el desarrollo del juego. No se había cumplido el primer minuto cuando Birane Ba conectó un potente disparo desde fuera del área que obligó al portero visitante, Aitor Navarro, a realizar una gran estirada y enviar el balón a córner.

El Coruxo tenía el partido encarrilado, pero le faltó continuidad. Dejó que por momento el Izarra se metiera en el encuentro y llegara con relativo peligro al área viguesa. Una defensa que se mostraba insegura, con malas salidas y balones muertos que, por fortuna, el Izarra no supo aprovechar. Cabrera dispuso de la mejor ocasión, en el minuto sesenta y dos, pero un defensa del Coruxo sacó el balón cuando se colaba en la portería viguesa.

No tardó en llegar la reacción del Coruxo, pues tres minutos más tarde Ortiz dispuso de la mejor ocasión, al recibir un balón en la frontal del área y quedarse solo ante Aitor Navarro. La salida del portero visitante dejó sin hueco al delantero vigués, que intentó ajustar tanto el balón al palo que este salió fuera.

Rafa Sáez no tardó en reaccionar e hizo un doble cambio en el minuto sesenta y siete. Retiró del campo a los dos laterales, Ángel y Cristóbal, y le dio entrada a Rafa Mella y a Antúnez. Mella se colocó en uno de los laterales y Acoidán dejó el doble pivote para ocupar el otro. Lógicamente, Antúnez se incrustó en el centro del campo para organizar el juego de ataque.

Poco a poco el Izarra fue retrasando líneas. Además, las pérdidas de tiempo comenzaron a ser insistentes y todo pasaba porque el balón estuviera lejos de su área el mayor tiempo posible. El dominio del Coruxo se volvió insistente, pero le faltaba profundidad para crear peligro y romper la igualada inicial.

Las mejores ocasiones para los vigueses llegaron en el tiempo de descuento, minuto noventa y dos, para Antúnez, que se quedó solo ante el portero navarro e, instantes después, para Ortiz que no acertó a la media vuelta.