Nada es imposible para el celtismo. Su fe hacia su equipo es inquebrantable. El jueves se escribirá un nuevo episodio en esa comunión que existe entre el Celta y su afición, una alianza clave que ha permitido al conjunto vigués a coquetear con su desaparición a soñar despierto con regresar a Europa. Sin la masa social sería imposible.

El celtismo se ha propuesto un nuevo reto. Quieren disfrutar de una nueva final de Copa del Rey. Para ello, el equipo que dirige Eduardo Berizzo tiene la difícil misión de remontar cuatro goles a un Sevilla que volverá a visitar Balaídos siendo uno de los conjuntos más en forma del fútbol español. Ni el resultado adverso ni la entidad del rival -vigente campeón de la Europa League- pueden con la ilusión de una afición que cree que los suyos pueden firmar una nueva proeza.

Diferentes peñas del Celta ya han convocado en las redes sociales una quedada para el próximo jueves. El lugar será la rotonda de Balaídos que está situada en Fragoso. La hora, las 19:00 horas. En ese momento será cuando el autocar que dirige a Berizzo y a sus pupilos se dirigirá desde ese punto a Balaídos. La remontada puede empezar en ese mismo instante. Serán unas imágenes que recuerden a las del final de temporada de 2013 cuando el Celta logró obrar el milagro de la salvación. Ahora toca firmar otro, lograr el billete a la final de Copa goleando a un Sevilla que es uno de los conjuntos más sólidos del fútbol actual. Para muchos es imposible, pero la palabra imposible no existe en el diccionario de un celtista.