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El Celta rescata un punto agridulce

Los nuevos fichajes, Díaz y Beauvue, impulsan la reacción del equipo celeste, que sufrió para empatar en superioridad

Iago Aspas discute con el atacante del Sevilla José Antonio Reyes en presencia del árbitro. // Marta G. Brea

Un empate agridulce rescató ayer el Celta frente al Sevilla tres días después de que el vigoroso equipo de Unai Emery convirtiese en el Sánchez Pizjuán la clasificación para la final del Copa del Rey en una misión imposible. No del todo repuestos del mazazo copero, los celestes tardaron en aclimatarse a un partido que se les puso de cara con la expulsión de Fazio en el minuto 24, pero tuvieron la virtud de reaccionar al gol psicológico de Carriço a dos minutos del descanso e, impulsados por los nuevos fichajes, el antillano Beauvue y el chileno Marcelo Díaz, igualaron el marcador en un segundo tiempo lleno de buenas sensaciones que no bastaron sin embargo para dar la puntilla al rival.

la cara dulce

La dulzura del punto estuvo en las buenas noticias que proporcionaron los dos fichajes invernales, el francés Beauvue, que se estrenó como goleador en su primer encuentro como titular, pero sobre todo el chileno Marcelo Díaz, un futbolista de evidente jerarquía que dictó todo un curso de cómo se deber manejar la pelota. Muy destacada fue también la actuación de actores normalmente secundarios, como Carles Planas, pero sobre todo el joven Theo Bongonda, quienes han respondido con buenas prestaciones a la confianza que Berizzo está depositando últimamente en ellos.

El empate sirve también al Celta para detener una caída en la Liga tras encadenar dos derrotas y haber firmado únicamente, en buena medida debido al desgaste copero, 3 puntos de los anteriores 18 en juego.

la cara agria

La cara agria del encuentro se sustanció en las dificultades del Celta para aprovechar su ventaja numérica, la desazón que supone encadenar tres jornadas consecutivas sin ganar y las importantes secuelas que por lesiones y sanciones tendrá Eduardo Berizzo para el próximo domingo en el Camp Nou, adonde el preparador celeste viajará con solo 14 futbolistas del primer equipo. Sergi Gómez, Iago Aspas, Bongonda y Orellana se perderán por sanción el choque frente a los azulgranas, al que previsiblemente tampoco llegarán Andreu Fontás, ausente desde el mes de octubre y Nolito, de cuya lesión se cumplirán el próximo viernes dos meses.

rotaciones

Tanto Berizzo como Emery movieron sus piezas con respecto al partido de Copa buscando dosificar el esfuerzo sin renunciar al triunfo. El técnico celeste introdujo tres cambios (Planas por Mallo en defensa; Beauvue, que jugó por Guidetti y formó por banda derecha; y Bongonda por Orellana), por seis del preparador sevillista (Ferreira, Fazio, Carriço, Reyes, Konoplyanka y Llorente), lo que da una idea del gran fondo armario del que dispone.

Hubo también ligeros matices tácticos con respecto a hace cuatro días Emery formó esta vez con un 4-4-2 con Llorente y Krohn-Dehli como hombres más adelantados y Konoplyanka y Reyes en las bandas, mientras que Berizzo se mantuvo fiel a su esquema habitual, aunque esta vez situó a Aspas en punta y a Bondonga y a Beauvue en los costados, retrasó a Pablo Hernández a la posición de pivots. Antes de los cambios, cuando Wass pasó al lateral derecho, el danés actuó en la posición de enganche.

dificultades en ventaja

Quizá el mayor problema del Celta fueron sus evidentes dificultades para superar la doble Línea Maginot con la que se defendió el Sevilla en cuanto Fazio vio la segunda tarjeta amarilla por derribar al Tucu Hernández. Los sevillistas aprovecharon su descomunal fortaleza física y su dominio del juego aéreo para neutralizar al conjunto de Berizzo, que fue incapaz de imprimir velocidad al juego. El Celta apenas se aproximó en los últimos 25 minutos del primer tiempo a los dominios de Rico y solo pudo inquietar (no demasiado) al cancerbero sevillista con disparos lejanos de Wass y Bongonda que no encontraron portería. Concienzudamente fortificados junto a su portero, los de Emery dictaron un par de minutos antes del descanso una lección de eficacia a balón parado al adelantarse en el marcador tras recoger Carriço en boca de gol un balón desviado por Beauvue tras un remate de Llorente a la salida de un córner.

reacción celeste

El gol psicológico del Sevilla afectó al Celta de modo muy distinto que hace tres días. Lejos de desarmarse en una búsqueda ciega del empate, los de Berizzo trataron de ganar esta vez el área nervionense explotando el recurso de las bandas e imprimiendo mayor velocidad al balón ante un rival cada vez más atrincherado. En este ejercicio de fe para remontar, desempeñaron un papel fundamental los nuevos fichajes, especialmente Marcelo Díaz, que proporcionó fluidez y notable amplitud al ataque celeste.

El internacional chileno no tardó más que unos pocos minutos en demostrar las cualidades por las que se le ha fichado. Con un excelente manejo de la pelota, ahora desplazando en largo, ahora conduciendo, encontró las grietas que el Celta necesitaba. Fue llegar y besar al santo, pues el primer balón que toca se lo envía a Wass para que el danés asistiese a Beauvue (que parece más delantero centro que extremo) en el gol del empate (minuto 64).

Desde este momento y apenas interrumpido por alguna contra mal ejecutada por el Sevilla, el Celta fue dueño y señor del choque. Bongonda, Guidetti y Aspas rondaron en el tramo final del choque el triunfo pero faltó acierto y pericia para rematar la faena y culminar una merecida remontada.

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