La mala suerte se cebó con el Celta juvenil en su visita al conjunto asturiano del Roces. El equipo entrenado por David de Dios había hecho lo más complicado, que era igualar el tanto inicial de Davo mediado el cuarto. Lo hizo además en un minuto importante, pues fue a cuatro para el descanso, pero en la última acción un mal despeje del defensa se revolvió en su contra entrando en su propia portería. En la segunda parte el equipo vigués trató por todos los medios de lograr un nuevo tanto que igualara la contienda, pero en esta ocasión los jugadores vigueses estuvieron peleados con el gol y el balón no quiso entrar, con lo que al final valieron los tres tantos que se marcaron en los primeros cuarante y cinco minutos de juego. El próximo fin de semana, los vigueses vuelve a las instalaciones de A Madroa para medirse al Pabellón.