El Celta no ha podido tomarse la revancha en Balaídos en el segundo asalto contra el Sevilla. Los vigueses empataron a un gol después de que los andaluces se adelantasen a balón parado antes del descanso y aguantasen más de 65 minutos con un hombre menos. El conjunto celeste, que salió a por todas en la segunda mitad, se quedó sin tiempo para culminar la remontada. El estreno goleador de Beauvue solo sirvió para amarrar un punto que sabe a poco, pero que mantiene intactas las aspiraciones de luchar por Europa.

Al Sevilla de Emery, por momentos, no le podían salir mejor los planes. A diferencia de lo acontecido hace menos de cuatro días en el Sánchez Pizjuán, los andaluces se fueron con ventaja al descanso haciendo lo justo. El gol de Carriço en el minuto 42 volvía a sumir al Celta en su particular pesadilla, que parecía condenada a repetirse. Los hispalenses sacaban máximo provecho a su única ocasión clara después de que Fazio fuese expulsado por doble amarilla en el ecuador del primer tiempo. Pero el equipo vigués no hundió la cabeza y remó hasta el límite de sus fuerzas en busca de un triunfo que no llegó porque los partidos de fútbol duran lo que tienen que durar. Quizás cinco minutos más le hubiesen bastado al Celta para completar la faena que empezó Beauvue en el 64. Faltó marcar otro tanto. Hubiese sido justo. Pero lo cierto es que los noventa minutos no llegaron y los vigueses, volcados sobre el área sevillista, no atinaron para hacer el segundo gol.

En la primera mitad el Celta volvió a perderse dentro del laberinto defensivo que supone el Sevilla. La frescura que aportaron al once Beauvue y Bongonda, que salieron de inicio en detrimento del sancionado Orellana y de Guidetti, que tuvo que esperar en el banquillo, fue contrarrestada nuevamente con la solidez de los andaluces, que jugaron con las líneas muy juntas, formando un rocoso doble pivote con Carriço y N'Zonzi. Además, el colegiado Velasco Carballo colaboró en frenar el ritmo alto del partido que pretendía el Celta. El árbitro madrileño, cual pistolero, se lio a sacar tarjetas. Tres para cada bando, aunque Federico Fazio vio dos antes del minuto 25 y se fue a los vestuarios antes de tiempo. Se le ponía el partido de cara a los olívicos, que sin embargo no lograron castigar a los sevillistas por su inferioridad numérica. Los de Emery, por su parte, volvieron a aprovechar su supremacía en el juego aéreo para adelantarse justo antes del descanso con un balón cabeceado por Fernando Llorente a la salida de un córner y remachado a la red por Carriço en el rechace.

Al Celta no le quedaba otra que jugarse el tipo en busca de un gol en los segundos cuarenta y cinco minutos, al igual que el pasado jueves; pero esta vez lo hizo impulsado por una afición que en ningún momento dejó de creer. Tras la reanudación, los celestes avisaron con un par de disparos lejanos de Radoja y con una acción clarísima de Beauvue, que envió a las nubes un pase de la muerte perfecto que le había servido Bongonda. Visto el paronama, Berizzo decidió mover rápido el banquillo. Jonny y Radoja dejaron su lugar a Marcelo Díaz y a Guidetti. Los cambios no tardaron en provocar el efecto deseado y a los tres minutos Wass, que se colocó como carrilero diestro, puso un gran centro a Beavue que se redimió de su error anterior y voleó la pelota a la red. Instantes antes N'Zonzi se había encontrado con el palo en otra jugada de estrategia.

Con el gol nada cambió. El Celta, con Marcelo Díaz como maestro de ceremonias, combinó empuje y paciencia en busca del tanto de la victoria. El Sevilla, por su parte, no perdió los nervios y asumió su papel. Emery dio entrada a Gameiro con la esperanza de que cazase algún pelotazo. Pero el marcador no se movió. Los vigueses terminaron el partido alrededor del área de Sergio Rico. Aspas, en el minuto 73, y Guidetti en el descuento, tuvieron las dos más claras; pero en la primera el remate del moañés se marchó fuera por un pelo tras tocar en un defensa y el la última; el cancerbero sevillista se jugó el tipo para tapar al sueco, que se había lanzado al suelo para alcanzar una buena asistencia de Bongonda.

Reparto de puntos y nuevo tropiezo del Celta, que no sabe lo que es ganar desde hace tres jornadas cuando venció al Levante. Por delante, los de Berizzo tienen ante sí dos gestas. La primera y más inmediata, el tercer asalto contra el Sevilla en el que los celestes apelarán a la épica para darle la vuelta a la eliminatoria de Copa. La segunda, el próximo fin de semana en Liga en el Camp Nou, fecha en la que el Celta visitará al Barça sin los sancionados Orellana, Aspas, Sergi Gómez y Bongonda.