El lateral del Celta Jonny Castro admitió que el vestuario está "molesto" y "muy dolido", tras perder 4-0 en la ida de semifinales de la Copa contra el Sevilla, y dijo que "la culpa es de los jugadores" porque en el segundo tiempo han encajado tres goles a la contra "en jugadas que no tenían que haber llegado".

"La culpa es nuestra. Han llegado dos o tres goles en jugadas que no tenían que haberse producido", declaró a los periodistas Jonny, quien reconoció que, con este resultado, darle la vuelta a la eliminatoria en Balaídos "va a ser muy difícil, muy complicado".

El jugador céltico recordó que en el partido de Liga frente al Sevilla, que ganaron por 1-2, les dieron "un baño" en el estadio Sánchez Pizjuán, pero hoy no supieron "jugar de esa manera", su equipo "no tuvo el balón" y falló al no evitar esos contragolpes.

Para Jonny, "ahora hay que recuperar el juego de principios de temporada, va a ser muy complicado remontar, pero también hay que pensar primero en el encuentro de liga" del domingo, también frente al Sevilla.

Por su parte, el portero Rubén Blanco, que detuvo un penalti al francés Kevin Gameiro y salvó varios goles con sus buenas paradas, se mostró decepcionado, al considerar que han fallado en "el partido más importante de la temporada", y añadió que el 4-0 les "pone la eliminatoria prácticamente muy difícil".

"El Sevilla ha sido superior. Fallamos en esos cinco minutos, en esas tres contras en la segunda parte" que acabaron en sendos goles de los sevillistas, admitió Rubén Blanco, para quien encajar el 1-0 justo antes del descanso también les "afectó anímicamente".

Agregó que están "jodidos" porque tenían "muchas esperanzas puestas en esta Copa" y, aunque aseguró que no arrojan la toalla y que queda el choque de vuelta, dijo que son "conscientes de que la eliminatoria está muy difícil".