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La generación que tumbó al Sevilla en la Copa empuja al Celta

La gran generación del setenta fue la única capaz de eliminar al Sevilla en Copa con cuatro goles de Doblas en la vuelta

Waldo, Santi Castro, Rodilla, Manolo, Villar, Sánchez, Doblas y Juan Fernández, en el museo del Celta, con reproducciones de la crónica de su victoria sobre el Sevilla. // Adrián Irago

Copa del Generalísimo de la temporada 74-75. Cuarta ronda, primera para el Celta. El cuadro celeste, que en Primera División se tambalea, se cruza con el Sevilla, sólido líder de Segunda. Los hispalenses ganan 2-0 en la ida con goles de Cantudo y Ortiz. Balaídos acoge la vuelta el miércoles 26 de febrero de 1975. Antes del partido varios jugadores célticos se acercan a conversar con el entrenador del Sevilla, Roque Olsen. El argentino había dirigido a los celestes en la campaña 69-70, la del reencuentro con la máxima categoría tras los oscuros sesenta. Olsen no había concluido en Vigo ese ejercicio, sustituido por Juanito Arza. Paco Doblas estaba en aquel corrillo. "Olsen había sido mi primer entrenador en el Celta. No había dejado un gran recuerdo en Vigo pero algunos jugadores sí teníamos muy buena relación con él", explica.

Roque y sus antiguos discípulos intercambian bromas por recordarse el cariño y aliviarse la tensión. El entrenador se dirige a Doblas.

- Paco, hoy compórtate.

Se supone que le pide malos remates. Doblas no anda fino de puntería esa temporada. Pero el cordobés le retuerce la chanza. El Celta iguala la eliminatoria en el tiempo reglamentario gracias a un 3-1 (en aquel tiempo no se dirimían los empates según los goles marcados en campo rival). En la prórroga llegará el cuarto tanto celeste. Los cuatro, del mismo autor. Paco se ha comportado.

El gran derroche goleador de Doblas recupera vigencia gracias al inminente duelo en semifinales entre Celta y Sevilla. En el historial común de ambos clubes sobresale la final de 1948 en Chamartín, que el Celta perdió por 4-1.Hubo después otros dos enfrentamientos coperos, saldados también con fracaso: en la Copa de 1953-54 (1-1 en Vigo, 2-0 en Sevilla) y en la de 1961-62 (2-0 en Sevilla, 2-1 en Vigo). Esa eliminatoria de febrero de 1975 es el último antecedente y el único exitoso.

El Celta superaría después en treintadosavos de final al Recreativo y caería en dieciseisavos ante el Zaragoza en la tanda de penaltis, premonición de la maldición maña que después se instaurará. Así que de esa Copa queda como único consuelo aquella gran noche ante el Sevilla. "Fue un día estupendo, salió todo fenomenal", recuerda Doblas. "La eliminatoria estaba complicada, pero empezamos bien, con dos goles. Después marcaron ellos. Anoté el tercero a cinco minutos del final y el cuarto en el último minuto de la prórroga. Fue todo como muy explosivo, con el equipo y la afición unidos. Todo el mundo se vació, no sabría decir por qué. Tampoco había un motivo exacto. Es el típico día en que todo sale perfecto". Juan Fernández, famoso por su memoria exhaustiva, añade como detalle "el calor que hacía, pese a ser febrero, insoportable con los focos".

Aquella camada céltica, la del ascenso y la primera participación en la Copa de la UEFA, sufriría precisamente en 1975 su gran decepción. Al cabo de la campaña descenderían y se pasaría el resto de la década subiendo y bajando. Mucho pesó la doliente rodilla de Manolo, que contra el Sevilla sólo pudo disputar la vuelta. "Yo estuve lesionado casi todo el año. Me pasó factura para siempre", certifica el Gran Capitán, que destaca la solidaridad a prueba de derrotas de aquel vestuario: "Éramos un grupo especial. La mayoría éramos de aquí, chavales jóvenes". Juan Fernández lo refrenda: "Siempre hubo una armonía grandísima, compañerismo dentro y fuera del terreno de juego. Y ahora seguimos manteniendo esa amistad después de tantos años. Nos llevamos como si fuese el primer día". Doblas resume: "Fue una etapa muy buena, con una piña de buenos jugadores y amigos".

Varios se reúnen en Balaídos: Sánchez, Waldo, Villar, Rodilla y Castro, además de los mencionados. Admiran el césped nuevo mientras oscurece y Manolo otea la portería de Marcador en la distancia. Sonríe: "Si me pongo a pensar ahora en llegar hasta allí corriendo y volver". Eso le toca ahora a otros, a los del mañana en el Pizjuán y al siguiente jueves en Balaídos. "Veo la eliminatoria al cincuenta por ciento. El Celta está a un nivel altísimo. El Sevilla es un equipo difícil, duro. Se la llevará el equipo que se imponga en los pequeños detalles", analiza Manolo. Doblas secunda: "La veo con mucho optimismo. A ver cómo llegamos y qué quiere el mister, no sé si hará muchos cambios. El Sevilla es un equipo táctico y fuerte, con una presión increíble, no exento de calidad en el centro del campo, con una defensa ruda. Nuestra gente está ilusionada con ir a Europa. Debíamos echar el resto en la Liga. Ahora, si eliminamos al Sevilla...". Juan Fernández concluye: "Apuesto por el Celta".

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