El Rallye Internacional Rías Baixas se detiene. La escudería del mismo nombre que lo organizaba descarta que en 2016 se dispute la que hubiera sido su 52ª edición por falta de financiación. Su presidente, Fernando Mouriño, atribuye la escasez en las ayudas del Concello y la indefinición de la Diputación de Pontevedra a la enemistad de Abel Caballero. La escudería, que manejaba un presupuesto de 120.000 euros, necesitaba una aportación de 55.000 euros entre las dos instituciones. Solo tenía 10.000 garantizados. Mouriño no descarta que la prueba pueda reanudarse en el futuro, pero lo duda. No será, en todo caso, con sus responsables actuales.

El Concello ya redujo su subvención a la mitad en 2013, lo que obligó a los organizadores del rallye a renunciar al Campeonato de Europa. En 2014 y 2015 el Concello no aportó dinero. Solo se hizo cargo de la megafonía en la edición que tuvo la Porta do Sol como escenario ceremonial -una elección que obligó a la escudería a contratar 400 vallas, maquinaria para transportarlas y un guardia jurado-. Mouriño recuerda que el rallye pudo disputarse gracias a que Diputación y Xunta incrementaron sus ayudas y renunciando además al circuito urbano previsto o el concurso de pilotos importantes en el 50º aniversario. Los colaboradores y voluntarios dejaron de cobrar dietas y empezaron a costearse alimentación y desplazamientos.

Fernando Mouriño quiso evaluar en el pasado mes de septiembre la temperatura institucional de cara al rallye de 2016. Pidió una cita con el concejal de Deportes, Manel Fernández. En octubre fue recibido. Presentaron "un proyecto ambicioso", indica Mouriño, que contemplaba instalar el parque móvil en Samil y retomar el circuito de O Castro. "La respuesta se fue dilatando en el tiempo", relata. Entre tanto formalizaron su inscripción en el Campeonato de España de asfalto, aunque pidieron una prórroga con el canon -entre 5.000 y 6.000 euros-. La Federación Española se comprometió a esperar hasta mediados de enero. En diciembre, la concejalía contestó: les darían 10.000 euros. Mouriño valora: "Es de agradecer, pero para nosotros es totalmente insuficiente".

Faltaba la Diputación de Pontevedra, antaño dirigida por el popular Rafael Louzán y desde julio por la socialista Carmela Silva. El presidente de la Federación Española, Carlos Gracia, solicitó en septiembre una entrevista con Silva "para hablarle del automovilismo a nivel provincial" y "a día de hoy no ha tenido respuesta ninguna". Mouriño, por su parte, tuvo un encuentro con Carlos López Font, éste en calidad de diputado provincial, en octubre. Mouriño resume: "En la reunión, muy bien, pero después no tuvimos respuesta en ningún sentido". El silencio administrativo se rompió el pasado viernes mediante una carta certificada. La Diputación informa que se están confeccionando los pliegos para las subvenciones, que saldrán probablemente a mediados de febrero, y conmina a la escudería a cumplimentar la documentación. "Según los eventos que haya, tomarán la decisión de ayudarnos", recita Mouriño. "Esto nos crea una incertidumbre increíble. Sabemos que hay otros eventos que en estos momentos saben sus cuantías".

El plazo para abonar la inscripción en el Nacional acababa en estos días. El rallye se disputa a finales de mayo. No quedaba margen de maniobra. Mouriño y sus compañeros arrojan la toalla: "Es una decisión muy triste, dura a nivel emocional. Pero hemos llegado a ella porque tenemos que hacerlo. Es de responsabilidad de cara sobre todo a los equipos participantes".

"Discriminación"

"No entendemos por qué esta discriminación con una prueba que lleva tantos años celebrándose en Vigo, con tanto arraigo a nivel popular, que repercute en el turismo, con divulgación a nivel nacional y norte de Portugal", proclama Mouriño, que confiesa su envidia por los apoyos firmes que recibe, por ejemplo, el Rallye de Ourense o el de Narón, al que su ayuntamiento subvenciona con 40.000 euros. Ellos, en cambio, se sienten ignorados por Concello y Diputación y no sólo a nivel económico. Les hubiera gustado su intermediación en la búsqueda de patrocinios o al menos cierto interés. "El problema es el alcalde, hay que ser realistas", sostiene el expresidente de la escudería Enrique Fernández, entre el llanto y la ira. "Esto no es lógico ni justo".

Mouriño da por cierta la enemistad de Abel Caballero, con el que no ha conseguido reunirse. Sí lo hizo con otra persona, cuyo nombre no concreta, a la que le preguntó las causas y le pidió hacer borrón y cuenta nueva. "Tomo nota", le contestó ese miembro del consistorio.

Mouriño intuye algunos motivos de fricción en las últimas ediciones: se negó a postergar el inicio de la prueba en O Castro cuando el alcalde se retrasó; le dijeron que había demasiados jerifaltes populares en el estrado de Príncipe (secretario xeral para o Deporte, vicepresidente de la Xunta, subdelegado del Gobierno) o que el rallye solo pasaba por concellos gobernados por el PP... El dirigente automovilístico especifica haber trabajado con políticos de todos los colores. "Son cosas que te hacen gracia y te duelen", dice de esos comentarios.

La escudería sigue existiendo, "al menos de momento", centrada en actividades lúdicas. La desaparición del Rallye Internacional Rías Baixas "en este momento es una decisión definitiva. Volverte a reciclar para arrancar de nuevo no es fácil. Si se reuniesen esas condiciones (económicas), que lo dudo, no sé si seríamos capaces o por lo menos yo de nuevo de seguir adelante". Matiza además: "Se partiría de cero. No es como otros eventos que se compran. Aquí, aparte de tener dinero, hay que tener un equipo cualificado que pase una puntuación. Se necesitan esos conocimientos para que la Federación dé autorización pertinente". Si surgiese ese grupo alternativo, "estaremos para ayudarlo", promete.