El Rápido de Bouzas pide la ayuda de sus "amigos, que son muchísimos", en su proceso de adaptación a los nuevos tiempos. Un reto que incluye la adaptación legal de sus colaboradores a las exigencias de la Agencia Tributaria y la Seguridad Social, la asunción de los gastos del campo y la aclimatación a las cada vez más exiguas subvenciones públicas.

El presidente del Rápido, Manolo Seoane, congrega a las fuerzas vivas de la antigua villa. Acuden el presidente de la Asociación de Vecinos Dr. José Casas, José Vidal; el presidente de la comisión de fiestas, Javier Grande; el vicepresidente del Liceo Marítimo, Manuel Veiga. Junto a directivos, técnicos y jugadores del primer equipo se fotografían con una pancarta en la que figura la cuenta bancaria de ayuda al club.

El Rápido, que maneja un presupuesto de 400.000 euros, necesita un aporte extra de 70.000. De entrada, porque tiene cinco empleados asegurados y el 1 de febrero esa cifra se incrementará hasta los 15. Además, adecuarán a la legalidad la situación de sus colaboradores, que cobran unas cantidades mínimas por gastos de desplazamiento. Obedecen así las nuevas reglas instauradas por el Gobierno respecto a la actividad de las entidades deportivas. Seoane está de acuerdo. Pero observará que todos cumplan igual.

El club, entre tanto, afronta sus deudas con la Agencia Tributaria. Conceptos con los que no estaban de acuerdo, pero que cumplen. La deuda ha quedado reducida a la mitad, algo más de 20.000 euros, y confían en limpiarla totalmente en dos o tres años.

No es el único frente económico que preocupa. El Concello, principal soporte público, les exige que se hagan cargo de los gastos de mantenimiento del campo. Y el Rápido acepta, pero pide que se modernicen los sistemas de agua y alumbrado. Seoane, por otra parte, está preocupado. Nada se sabe de las ayudas de la Diputación. La Xunta aporta actualmente el 25 por ciento de lo que hace seis años -aunque paga las licencias del fútbol base-. En conjunto, la situación es angustiosa pero Seoane promete: "El Rápido seguirá".

El mandatario realiza un planteamiento de calado histórico. Recuerda los sacrificios que Bouzas hizo por Vigo desde su anexión en 1904, aquello que le pertenecía (Balaídos, Samil), las playas que desaparecieron en aras del puerto... "Desde el viguismo", Seoane exige aquello que considera justo para el Rápido, "uno de los pocos bastiones que le quedan a Bouzas".