Joan Ferrer, Rubi, entrenador del Levante, afirmó tras la derrota ante el Celta que se marchaba de Balaídos con una "sensación agridulce" porque su equipo había realizado "uno de los peores partidos a nivel defensivo" pero había logrado llegar al final con opciones pese a verse 3-0 en el arranque del segundo tiempo.

"En el inicio hemos estado bien, incluso hemos tenido esos 15 o 20 minutos buenos, pero luego permitimos al Celta volver a entonarse, sobre todo porque no hemos presionado bien. De la segunda parte sólo puedo elogiar el trabajo de mis jugadores porque con un 0-3 no se han venido abajo, han creído que podían remontar y han estado muy cerca", declaró.

El técnico del Levante admitió que su equipo había dado "muchas facilidades" en defensa, un problema que atribuyó en los desajustes a la presión al rival después de la primera media hora de partido: "Los dos goles del Celta han sido por no estar encima de los jugadores, les hemos permitido subir con el balón con mucha facilidad", apuntó. "En el descanso lo hemos hablado y creo que lo hemos corregido, como demuestra que el Celta ha dado cien pases menos. El equipo ha puesto casta y ha peleado hasta el final, con este también tenemos que quedarnos", continuó Rubi.

El técnico granota destacó especialmente el esfuerzo realizado por su equipo para remontar un resultado muy adverso. "El marcador ya estaba muy complicado, pero de todas formas el equipo lo ha intentado, ha puesto casta y lo ha intentado en todo momento y con eso es lo que tenemos que quedarnos", concluyó.