| Una nueva borrasca atlántica se dejó sentir ayer con fuerza en las instalaciones deportivas de A Madroa, donde los jugadores del Celta trabajaron en sesión matinal bajo fuertes aguaceros, intenso viento e incluso una copiosa granizada que Sergio Álvarez recibió con los brazos abiertos, mientras a su lado compañeros como el sueco John Guidetti trataban de cubrirse la cabeza con las manos. El invierno ha hecho acto de presencia en la ciudad deportiva celeste.